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Apóstoles, evangelistas y embajadores como representantes de otro

El término apostolos (traducido apóstol) podría ser referido como “alguien que es enviado por otro” (cp. Hechos 1:2, 26; 6:2; 8:1; 14:4, 14; cf. 1 Cor. 12:28-29). Los apóstoles no son voluntarios: son llamados por selección para representar al remitente (Rom. 1.1; Hechos 1.25; 1 Cor. 9.2), y ese remitente los llama a sufrir en nombre del remitente (1 Cor. 4:9 ss.; 2 Cor. 11). Además, los apóstoles tuvieron que autenticar su llamado a través de sus obras y palabras. Los apóstoles originales vieron al Señor resucitado (1 Cor. 9:1; 15:7-9; Hechos 1:21-22), y los creyentes se convertían y las iglesias se plantaban a través de su trabajo (1 Cor. 9:1-2). Realizaron señales, maravillas y milagros en el poder del Espíritu, en el nombre de Aquel que los envió (2 Cor. 12:12), y sentaron las bases para la iglesia a través de sus ministerios, escritos y oraciones (Ef. 2:20; 2 Ped. 3:2). Claramente, entonces, los apóstoles no se votan a sí mismos en el cargo, ni se ofrecen como voluntarios para representar. Más bien, Dios seleccionó a estos mensajeros únicos para dar un testimonio final y autorizado del Hijo de Dios en el mundo. Su ministerio, por lo tanto, es único y Dios lo ordenó. El mismo fenómeno se puede observar para aquellos nombrados como evangelistas o heraldos de las buenas nuevas (mensajeros). Los términos griegos para evangelistas ( evangelistes ) significan “alguien que trae buenas noticias (Hechos 21:8; Ef. 4:11; 2 Tim. 4:5). Otro término para heraldo ( keryx ) “denota a la persona a quien su gobernante o el estado le encarga llamar con voz clara alguna noticia y así darla a conocer” (David Bennett, Metaphors of Ministry [ Metáforas del Ministerio ], p. 135) (véase 1 Tim. 2:7; 2 Tim. 1:11). Tanto evangellos como keryx presuponen la entrega de un mensaje en nombre de otra persona (a ninguno de los dos se les permitió inventar sus propios anuncios; la proclamación fiel se encuentra en el centro de sus deberes). Ser evangelista es confiar las buenas nuevas y el mandato de entregar esas noticias