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Capítulo 5: Representando • 131

llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. [23] Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. [24] Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios. ~ 1 Corintios 7:17-24 Este pasaje a menudo se ha malinterpretado como una sugerencia de que Pablo quería que los pueblos oprimidos permanecieran en los papeles humildes e ignorantes que poseían cuando creían. Tal punto de vista argumenta que no debemos tratar de mejorar nuestras posiciones sociales, sino permanecer inconscientemente “bajo el pulgar” de nuestros maestros injustos en las condiciones abusivas en las que vivimos, todo por el bien del Evangelio. ¡Nada más lejos de la verdad! Aquí Pablo está exhortando a los creyentes a reconocer su lugar llamado, único y especial por Dios como aquellos comprados por Dios y comisionados para representar el Reino, dondequiera que estemos . Pablo reconoce el llamado único de cada persona, a pesar de su posición social, y argumenta que en ese espacio en particular, podemos representar a Cristo con honor y promover los intereses de su reino, incluso en los lugares donde vivimos cuando aceptamos a Cristo como Señor. Cada creyente es un agente del Reino, cada discípulo puede ministrar la vida de las buenas nuevas en el lugar donde Dios los ha colocado hoy. En consecuencia, no necesitamos estar en el “ministerio de tiempo completo”; cada papel y vida donde estamos es “ministerio de tiempo completo”. Nuestra posición, puesto o estado de empleo no importa. Podemos ser carpinteros, maestros, plomeros o contadores. Podemos ser casados o solteros, jóvenes o viejos, pobres o ricos, graduados de la liga IVY, o aprender nuestro oficio en las calles o en el patio de la prisión. Podemos ser un ministro y plantador de iglesias, o un vendedor o un techador. Podemos ser amas de casa (o amos de casa), supervisores o