Conversion y Llamado, Guia del Mentor, MG01

C O N V E R S I Ó N Y L L A M A D O

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El camino del viajero

Devocional

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Leer Mateo 4.17-22 . ¿Cuál es su propósito en la vida, su mayor interés, el mayor “por qué” detrás de todos los “qué”, “quiénes”, y “cómos” en su vida? Ninguno puede vivir una vida plena o llegar a entender su cometido, sin antes conocer a qué fue llamado, y lo que Dios demanda específicamente de su vida. El escritor Os Guinness, en su libro The Call (El llamado), habla de la pasión que existe en el corazón de todos los que encuentran el propósito máximo de su vida. “Muy dentro de nuestro corazón, todos queremos identificar y cumplir un propósito más grande que nosotros mismos. Sólo un propósito tan grande es capaz de inspirarnos para remontar a las alturas que sabemos que nunca podríamos alcanzar por nuestra propia fuerza. Para cada uno, el propósito verdadero es personal y apasionante: significa conocer lo que debemos hacer aquí y porqué. Kierkegaard, escribió en su Diario : ‘La pregunta es llegar a entenderme a mí mismo para poder descubrir lo que Dios quiere que haga; la pregunta es encontrar una verdad que sea real para mí , encontrar la idea por la que puedo vivir y morir ’” (Os Guinness, The Call . [Nashville: World Publishing, 1998, Pág. 3]). Jesús predicó acerca de la venida del reinado de Dios a la tierra, llamando a hombres y mujeres a vivir para ese Reino, el cual había llegado en Su persona. Al encontrar a Simón y a Andrés, a Santiago y a Juan, dos pares de hermanos que pescaban, pues para ellos era su llamado y vocación, nuestro Señor los llamó a un propósito más alto aún, más verdadero y sublime: seguirle como Señor, respondiendo a la Palabra de obediencia que salva y discipula - este es el propósito de la vida. Jesús vino a esos hombres, compartió Su llamado de manera simple para que ellos lo siguieran, y Su promesa de que Él los haría “pescadores de hombres”. Él no sólo cambió sus trabajos, sino que además transformó sus vidas, y los colocó en un camino que los llevó a la aventura, la conversión, al sufrimiento, y al testimonio. Ellos solamente oyeron su Palabra y respondieron a ella en fe y obediencia. La Palabra que los llamó a la fe, los llamó al discipulado; a través de esa Palabra, ellos descubrieron el significado de la vida misma: glorificar y alabar solamente a Dios, a través del servicio a su Hijo Jesucristo. Sin importar el camino por el que hoy transitamos, si ponemos atención, oiremos las palabras del Maestro desafiándonos a seguir adelante, aún en los callejones más oscuros y las calles más violentas de la ciudad. Jesús está vivo, y llama a hombres y mujeres por medio de su Espíritu, a vivir como siervos suyos, a aceptar Su aventura y permitirle que su Espíritu haga nuestra vida de nuevo, y así obedecerle día tras día. Los discípulos de la antigüedad (como hacen todos los auténticos discípulos), respondieron inmediatamente al llamado de Dios, obedeciendo con prontitud, con genuina pasión y con amor ferviente. Aunque tenían familia, responsabilidades, obligaciones y trabajos que realizar, ellos dejaron todo atrás, a fin de seguir a Aquel que podía darles lo que ningún otro podía: la vida eterna.

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