Conversión y Llamado, Libro de Notas del Estudiante, SW01
C O N V E R S I Ó N Y L L A M A D O
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El cumplimiento del tiempo de Dios: El Hijo dejó la dimensión eterna, con todas sus riquezas y su gloria (Fil. 2.7-10), y entró en la dimensión del tiempo (el universo, la tierra y las condiciones que la gobiernan, el lugar donde fuimos creados); dirigido de forma soberana por el Espíritu Santo, tomó un cuerpo humano por la concepción de una virgen (Mt. 1.23), vivió en el anonimato por 30 años (Lc. 3.23); salió a la escena pública, demostrando su poder y su gloria; en tres años entrenó a cientos de hombres y mujeres, demostrándoles su amor y compasión, delegando su liderazgo a 12 hombres comunes (Lc. 6.13); murió de la forma más vergonzosa y atroz, la muerte de cruz (Mt. 27.37); ascendió a la diestra del Padre (Hch. 1.11); y desde ahí intercede por los que ha comprado con su propia sangre, esperando el cumplimiento de todas las cosas para poder arrebatarlos consigo mismo (1 Ts. 4.17), y juzgar a todos los vivos y muertos (2 Tim. 4.1; Ap. 5.9), todo dominio será nuevamente
(2) Fue una revelación particular para que toda la humanidad viera.
c. Ninguna otra persona o cosa, puede declarar la gloria de Dios como la Palabra hecha carne puede hacerlo.
(1) Juan 1.18
(2) 1 Juan 1.1-3
d. El nombre de Jesús es llamado explícitamente “La Palabra de Dios”, Apocalipsis 19.13.
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C. Existen dos formas principales de la Palabra de Dios: la Palabra enunciada y la Palabra personal.
1. Forma 1: la Palabra “enunciada” de Dios - la Palabra escrita, inspirada por Dios.
a. La inspirada Palabra de Dios escrita, las Escrituras Hebreas del Antiguo Testamento y las Escrituras cristianas del Nuevo Testamento.
b. Una biblioteca inspirada por el Espíritu hace más de 1500 años, con 40 autores.
2. Forma 2: la Palabra “personal” de Dios - el Señor Jesucristo.
suyo (Ap. 11.15). ~ Enrique Santis
a. Jesús es la Palabra personificada de la revelación, y da testimonio culmine de la persona de Dios, Mateo 11.27.
b. Jesús es la Palabra personificada de la redención, la cual nos lleva de regreso a Dios, Juan 14.6.
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