Currículo Pilar Fundamental, Edición Oficial de Certificación - Guía del mentor (Spanish Cornerstone Mentor's Guide)
NOTAS DEL MENTOR / 117
Se puede conocer mucho acerca de Dios sin tener mucho conocimiento de él. Estoy seguro de que muchos de nosotros nunca nos hemos dado cuenta de esto. Descubrimos en nosotros un profundo interés en la teología (disciplina que, desde luego, resulta sumamente fascinante; en el siglo diecisiete constituía el pasatiempo de todo hombre de bien). Leemos libros de teología y apologética. Nos aventuramos en las historia cristiana y estudiamos el credo cristiano. Aprendemos a manejar las Escrituras. Los demás sienten admiración ante nuestro interés en estas cuestiones, y pronto descubrimos que se nos pide opinión en público sobre diversas cuestiones relacionadas con lo cristiano; se nos invita a dirigir grupos de estudio, a presentar trabajos, a escribir artículos, y en general a aceptar responsabilidades, ya sea formales o informales; a actuar como maestros y árbitros de ortodoxia en nuestro propio círculo cristiano. Los amigos nos aseguran que estiman grandemente nuestra contribución, y todo esto nos lleva a seguir explorando las verdades divinas, a fin de estar en condiciones de hacerle frente a las demandas. Todo esto es muy bello, pero el interés en la teología, el conocimiento acerca de Dios, y la capacidad de pensar con claridad y hablar bien sobre temas cristianos no tienen nada que ver con el conocimiento de Dios. Podemos saber tanto como Calvino acerca de Dios—más aun, si estudiamos diligentemente sus obras, tarde o temprano así ocurrirá — y sin embargo (a diferencia de Calvino, si me permite), a lo mejor no conozcamos a Dios en absoluto.
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T eolog í a y É t i ca
~ J. I. Packer. El Conocimiento del Dios Santo . Miami, FL: Editorial Vida, 2006. pág. 32.
Recuerde a los estudiantes que lo que está en juego en el estudio trinitario es literalmente nuestro conocimiento mismo de Dios tal como Él se nos ha revelado. Esto significa que todo está en juego al estudiar a Dios como Él es.
Las reclamaciones de Tozer en cuanto a la Trinidad son tan verdaderas hoy como en el primer momento en que pensó y escribió las siguientes palabras: La doctrina de la Trinidad es una verdad para el corazón. Sólo el espíritu del hombre puede entrar a través del velo y penetrar en ese Lugar Santísimo. “Que te busque anhelante”, suplicaba Anselmo, “que suspire por ti al buscarte; que te encuentre en el amor, y te ame al encontrarte”.
& 4 página 211 Preguntas de los estudiantes y respuestas
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