Currículo Pilar Fundamental, Edición Oficial de Certificación - Guía del mentor (Spanish Cornerstone Mentor's Guide)
NOTAS DEL MENTOR / 121
Dios el Hijo Jesús, el Mesías y Señor de Todo – Él Murió
LECCIÓN 3
Bienvenido a la Guía del Mentor para la Lección 3, Dios el Hijo: Jesús, el Mesías y Señor de Todo – Él Murió . El enfoque de esta lección es tratar de ayudar a los estudiantes a capturar los datos, así como el misterio que rodea la pasión, el sufrimiento y la muerte de nuestro Señor. Esta necesidad de ser consciente del significado de su muerte es fundamental para todo lo que esta lección buscará revelar y dar a conocer. Lo que resultará inmediatamente obvio para usted y sus alumnos es la diversidad de opiniones sobre la naturaleza y el significado de la muerte de Cristo. Lo que es fundamental aquí es ver que los diversos énfasis, si bien contienen elementos de verdad, deben ser ignorados y entendidos a la luz de la enseñanza de las Escrituras mismas. Esto no debe ser rígido y mezquino en nuestra evaluación de los diversos tipos de perspectivas que se han asociado con su pasión y muerte. Más bien, es para decir que nuestra lección se enfocará más en los significados claros y transparentes de la muerte de Jesús que nos dan los mismos textos bíblicos. A medida que recorre las distintas opiniones con los estudiantes, será importante que se mantenga lo más cerca posible del énfasis que hace el Nuevo Testamento sobre la muerte de Cristo, especialmente con su enfoque salvífico en su sustituto (también llamado vicario, que significa “en lugar de la muerte de otro”) muerte a favor de los pecadores. Textos como Isaías 53, 1 Timoteo 2:6 y 1 Pedro 2:24 enfatizan este tipo de visión de la muerte de Cristo como una muerte por nosotros, en nuestro nombre (ver también 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 3:18 enfatizando su muerte en nombre de toda la humanidad). Asegúrese de que su propio énfasis sea paralelo al de los apóstoles, que tienden a rechazar un enfoque monolítico del significado de la muerte de Jesús. Por ejemplo, la muerte de Jesús proporciona redención; hemos sido comprados por un precio, comprados del mercado de esclavos de Satanás y del pecado para vivir libres como siervos de Dios (2 Cor. 6:20 con 1 Cor. 7:23; Gá. 3:13; 4:5; Ap. 5:9; 14:3-4). Además, hemos sido reconciliados con Dios, restaurados del alejamiento y alienación que teníamos con él debido a nuestra propia rebelión voluntaria contra su voluntad (Rom. 5:10; 2 Cor. 5:18-21). Su muerte también nos propició ante el Señor, satisfaciendo todos los reclamos de nuestro santo Dios y abriendo un camino para que su ira divina fuera satisfecha y su
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