Currículo Pilar Fundamental, Edición Oficial de Certificación - Guía del mentor (Spanish Cornerstone Mentor's Guide)

146 / CURRÍCULO PILAR FUNDAMENTAL GUÍA DEL MENTOR

Se ha sostenido que la sustancia del pan y el vino permanece en este sacramento luego de la consagración. Pero esta posición no puede mantenerse, porque en primer lugar destruye la realidad de este sacramento, la cual demanda que en el sacramento debería estar el verdadero cuerpo de Cristo, el cual no estaba antes de la consagración… Esto se logra en el sacramento por el poder de Dios, a través del cual toda la sustancia del pan se convierte en toda la sustancia del cuerpo de Cristo. Por consiguiente, la conversión es llamada apropiadamente transubstanciación. Nos resulta obvio que luego de la consagración todos los accidentes del pan y el vino permanecen. Y por la providencia divina, existe una buena razón para esto. En primer lugar, no es normal que la gente coma carne humana o que beba sangre humana, de hecho, a la gente le repugna esta idea. Por lo tanto, el cuerpo y la sangre de Cristo son presentados delante nuestro con la apariencia de las cosas que son de uso frecuente, es decir el pan y el vino. En segundo lugar, si comiéramos a nuestro Señor bajo su propia apariencia, este sacramento sería ridiculizado por los incrédulos. En tercer lugar, para que, mientras participamos del cuerpo y la sangre del Señor invisiblemente, este hecho pueda contribuir al mérito de la fe. Lo que es verdadero en lo concerniente a Cristo es también verdadero en lo concerniente al sacramento. Para que la divinidad more en un cuerpo humano, no es necesario que la naturaleza humana sea transubstanciada y que la divinidad esté contenida bajo los accidentes de la naturaleza humana. Ambas naturalezas están simplemente allí en su totalidad y es justo decir: “Este hombre es Dios; este Dios es hombre . . .”De la misma forma no es necesario en el sacramento que el pan y el vino sean transubstanciados y que Cristo esté contenido bajo sus accidentes para que un cuerpo y una sangre real estén presentes. Pero ambas cosas permanecen allí al mismo tiempo, y es justo decir, “Este pan es mi cuerpo; este vino es mi sangre”, y viceversa. ~ Tomás de Aquino. Summa Theologiae (1265).

& 17 página 279 Punto del bosquejo: IV-E-1

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M i n i s t e r i o C r i s t i ano

& 18 página 280 Punto del bosquejo: IV-E-2

~ Martin Lutero. The Babylonian Captivity of the Church (1520).

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