Currículo Pilar Fundamental, Edición Oficial de Certificación - Libro de notas del estudiante (Spanish Cornerstone Student Workbook)

LECCIÓN 1 | TEOLOGÍA DE LA IGLESIA: LA IGLESIA EN ADORACIÓN / 273

II. La adoración es nuestra respuesta, como Iglesia, a la experiencia de la gracia de Dios. La adoración es la responsabilidad más importante de la Iglesia porque es el punto de partida para vivir por la gracia. En la adoración, reconocemos lo que Santiago escribió en su epístola: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces”, Stg. 1:17.

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A. Existen dos eventos de vital importancia en la adoración cristiana (la Cena del Señor y el bautismo)

En cada tradición cristiana, la Cena del Señor y el bautismo son partes importantes de la forma en la que experimentamos la gracia de Dios obrando en medio nuestro. Los cristianos difieren, sin embargo, en cómo estos actos de adoración demuestran la gracia de Dios en la iglesia. Algunas iglesias denominan la Cena del Señor y el bautismo como “sacramentos” y los interpretan como un “medio de gracia”, mientras otros se refieren a ellos como “ordenanzas” y los interpretan como un testimonio de la gracia de Dios.

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M i n i s t e r i o C r i s t i ano

B. El significado de “sacramento”

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1. Un sacramento es definido usualmente como “una señal externa y visible de una gracia interna y espiritual”. Aquellos que usan el término sacramento ven al bautismo y a la Cena del Señor como un medio por el cual la gracia de Dios viene a nosotros. 2. Aunque los católicos romanos y los cristianos ortodoxos del Oriente tienen muchos sacramentos, los protestantes usualmente han reservado el término sacramento sólo para el bautismo y la Cena del Señor. Estos dos sacramentos tienen un lugar especial en la historia de la Iglesia, una importancia particular como “medio de gracia”, ya que fueron instituidos directamente por el Señor Jesús. Quienes definen la Cena del Señor (o Santa Cena) y el bautismo como sacramentos, argumentan que cuando los reciben en fe, entonces Dios obra en nosotros por su gracia y nos ayuda a que cumplamos sus promesas.

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