Currículo Pilar Fundamental, Edición Oficial de Certificación - Libro de notas del estudiante (Spanish Cornerstone Student Workbook)

LECCIÓN 4 | EL MINISTERIO FACULTATIVO: EL MINISTERIO DE PROCLAMACIÓN / 355

efectivo al comunicar las verdades bíblicas, la historia que predicamos al mundo y a la iglesia?

Nunca sin una invitación El contenido del evangelio demanda respuesta y acción: arrepentimiento, rendición, obediencia, fe, transformación. Predicar la Palabra dejando de lado este concepto, ha acarreado a muchos, tanto desde los púlpitos como desde los asientos, a ver la predicación como meramente informativa en lugar de esperar el desafío para una transformación y formación en Cristo . Los bautistas y algunas congregaciones tradicionales, por muchos años, han definido la predicación de la Palabra como una “invitación al discipulado”, donde el oyente, perdido o salvo, es animado a responder a la Palabra hablada, en ese preciso momento , y bajo el poder convincente del Espíritu Santo. Aunque esta práctica ha sido abandonada en muchas iglesias evangélicas actuales, sigue dentro de la liturgia de muchas congregaciones bautistas. Mantienen una razón sólida para esto. Ellos visualizan la predicación de la Palabra como algo de tanta importancia que no puede ser presentada sin invitar a las personas a responder a ella; en muchas de estas congregaciones se toma la siguiente hora para discutir acerca del sermón y sus implicaciones. Estas iglesias se basan en que cada vez que la Palabra es predicada, el Espíritu Santo comienza a obrar y puede elegir tocar el corazón de una persona, la cual sin una invitación previa a la acción y reconocimiento, podría haberlo ignorado completamente. ¿Qué cree acerca del papel de esta clase de invitación, tanto para aquellos que no creen como para aquellos que ya son cristianos? ¿Debemos tener siempre que la Palabra de Dios es predicada una invitación al discipulado ? ¿Por qué sí o por qué no? El Espíritu Santo de Dios, que inspira e ilumina la Palabra escrita de Dios, es central en cada dimensión de un ministerio de predicación eficaz. Aparte del Espíritu Santo, la Palabra predicada no producirá fruto espiritual, quedando ineficaz y desatendida en aquellos que la escuchan. El Espíritu obra a través de individuos preparados para su dirección, es decir, uno que ha obedecido el llamado de Dios para predicar, abrazado el poder de la Palabra de Dios para salvación y cambio, y que busca un dominio de la Palabra de Dios a través del estudio disciplinado y aplicación liberada, tanto en su propia vida como entre aquellos a quienes buscan salvar e influir. A lo largo del proceso del ministerio de predicación, el Espíritu frustra al diablo mientras busca velar y cegar las mentes de los incrédulos, y da poder al predicador a través de su suministro y dones. Solo él puede convencer

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Reafirmación de la tesis de la lección

M i n i s t e r i o C r i s t i ano

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