Currículo Pilar Fundamental, Edición Oficial de Certificación - Libro de notas del estudiante (Spanish Cornerstone Student Workbook)

416 / CURRÍCULO PILAR FUNDAMENTAL LIBRO DE NOTAS DEL ESTUDIANTE

El ejemplo de los apóstoles sirve de enseñanza a todos los hombres y mujeres, los cuales están llamados a representar los intereses y la reputación de nuestro Señor resucitado ante otros. A pesar de la terrible oposición y la amenaza de severos daños físicos si continuaban compartiendo las Buenas Nuevas de Cristo y de su Reino, los apóstoles permanecieron inamovibles. Pedro y los demás apóstoles dejan en claro lo siguiente ante la intimidación y la amenaza: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matásteis colgándole en un madero. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen”. “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. La Gran Comisión de nuestro Señor, si bien le fue dada a un grupo entusiasta de testigos que escucharon el mandamiento del Señor resucitado de ir a todo el mundo y predicar las Buenas Nuevas, es un mandamiento generacional. Hasta el regreso de nuestro Señor, cada generación de cristianos sale desde su propia Jerusalén, Judea y Samaria con el evangelio del Reino. Todos tenemos la responsabilidad de compartir el evangelio hasta los confines de la tierra. Nada puede detenernos o intimidarnos, porque el mismo Jesús de Nazaret que fue crucificado en Jerusalén hace tanto siglos, ha sido exaltado. “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matásteis colgándole de un madero. A éste, Dios lo ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados”. Al estar exaltado a la diestra de Dios como Señor y Salvador, el arrepentimiento y el perdón se pueden predicar a todo el mundo. De esto, tanto los apóstoles como el Espíritu Santo dan testimonio. ¿Cuál es la base de nuestro ministerio? ¿Por qué es que podemos permanecer inamovibles frente a las persecuciones y rechazos tan severos? ¿Por qué debemos ir aun cuando nadie responda? Nuestro Dios ha exaltado al Mesías para ser Señor y Salvador y en obediencia a su mandamiento los miembros de la Iglesia han predicado por siglos. Muchos han muerto, muchos han sufrido y muchos han sido perseguidos. Pero nadie ha sido derrotado. “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador . . . .” Este gran Comandante nos guiará hasta que muramos. Hasta ese momento debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.

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M i s i one s U rbana s

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