Dios el Espiritu Santo, Guia del Mentor, MG14

D I O S E L E S P Í R I T U S A N T O

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El mundo antiguo no tenía medicinas microbicidas. El primer agente limpiador y purificador era el fuego. La basura era quemada para evitar que el terreno incubara enfermedades (Lv. 8.17). Cuando la misma se manifestaba, la única manera de refrenar la expansión de la enfermedad era, frecuentemente, quemar la ropa de las personas infectadas (Lv. 13.47-59). El fuego además refinaba metales y los purificaba haciéndolos más útiles (Mal. 3.2-3). Dios usa en todas las Escrituras el símbolo del fuego para hablar acerca de la purificación de su gente. El profeta Isaías, por ejemplo, habla de un día “cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación” (Isaías 4.4)

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(1) Mt. 3.11-12

(2) Hechos 2.3-4

(3) 1 Ts. 5.19

(4) Como fuego de Dios, el Espíritu Santo purifica constantemente a la Iglesia, protegiéndola de la infección producida por el pecado.

Ibíd. pp. 37, 106.

d. La paloma - el símbolo de la nueva vida

En Génesis capítulo 8, Dios destruye toda vida en la tierra a causa del pecado, sólo Noé, sus parientes y un grupo de animales se mantuvieron vivos en el arca. Al esperar que el agua se apaciguara, enviaron una paloma con el objetivo de encontrar tierra seca. Inicialmente, así como el Espíritu Santo en la creación, la paloma “se movía sobre las aguas” pero no pudo encontrar un lugar para descansar por lo cual regresa al arca. Es enviada una segunda vez y regresa con una hoja de olivo, indicando que el nivel del agua estaba bajando. La tercera vez que se le envía ya no regresa y Noé entiende que hay tierra seca y que es seguro salir del arca e iniciar una nueva vida en la tierra. En la historia de Noé, la paloma representa el símbolo de la nueva creación y de una nueva esperanza para la tierra.

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