Dios el Padre, Guia del Mentor, MG06
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D I O S E L P A D R E
En el corazón de este módulo está la necesidad de luchar cuerpo a cuerpo con la diferencia entre lo que las Escrituras afirman de parte del pueblo de Dios y lo que parece ocurrir en sus vidas. Este asunto, esta lucha, anima la mayor parte de la discusión y actividad de aquellos que comparten las Buenas Nuevas con los habitantes urbanos, cuyas vidas tienen una carga y un dolor constantes. ¿Qué deben decir los ministros urbanos a aquellos cuyas vidas parecen estar devastadas y lastimadas, expuestas a toda clase de dolor y destrucción imaginable? Como ministros de la gracia de Dios en Cristo, deben aprender a entender la providencia de Dios para que puedan testificar de Su amor, y además, hablar también de la existencia del mundo, la carne, y el diablo, y su capacidad de interferir y resistir la buena voluntad de Dios. Esta lucha y conflicto están en el corazón de cualquier teología urbana válida, dejando en claro que la buena providencia de Dios puede contestar los desafíos y necesidades de aquellos que viven en las peligrosas ciudades del mundo. Tenga en cuenta este deber cardinal al procurar conducir a los estudiantes en el diálogo abierto sobre la Palabra de Dios.
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Reafirmación de la tesis de la lección
Ore por sus estudiantes cada vez que tenga oportunidad, durante la semana o durante la sesión de clase. Nunca menosprecie la oración; en cada manera, la oración puede afectar en forma destacada a sus estudiantes. La Palabra de Dios es clara al decir que el Espíritu Santo puede enseñarlos y conducirlos en la verdad:
9 Página 68 Consejería y oración
1 Juan 2.20 - Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
1 Juan 2.27 - Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. 1 Juan 4.13 - En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 1 Co. 2.13 - lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
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