Dios el Padre, Libro de Notas Del Estudiante, SW06
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D I O S E L P A D R E
desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres porque lo que puede conocerse de Dios es negado por ellos. Los atributos invisibles de Dios, esas cualidades que los seres humanos no pueden ver a simple vista, su poder eterno y naturaleza divina, son percibidas claramente de acuerdo a Pablo desde la creación del mundo . Las cosas que nuestro gran Dios ha hecho, el sol y la luna, las estrellas en su gloria, y la tierra en su magnificencia, no sólo muestran la realidad de Dios, sino también su omnipotencia (todo poder) y gloria. ¿Cómo es posible que alguien contemple las aves volar, escuche el llanto de un bebé recién nacido, vea a una manada de ganado en una verde pradera, bajo un cielo resplandeciente y espectacular, y diga que no hay Dios? ¿Cómo es posible que alguien sienta en su rostro el viento helado de una noche invernal, que vea la elegancia de la luna en una noche primaveral y oscura, o que vea a un caballo galopar y realmente crea que no hay una mente inteligente detrás de la gloriosa belleza de la tierra? Querido amigo, el argumento más persuasivo de la existencia de Dios no es doctrinal, es físico. Sal. 19.1-3 - Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. [2] Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. [3] No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. La clara palabra de la Escritura está en movimiento: los cielos declaran la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. La creación habla lo suficiente acerca de Dios, de modo que cualquier persona razonable debe admitir que hay un ser divino detrás de esta gloria. El problema del ateo y el escéptico no es que no haya suficiente evidencia, sino que sus propios corazones están endurecidos. Hay prueba suficiente para arrepentirse; por lo tanto el escéptico no tiene excusa para no venir al Mesías.
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Después de recitar y/o cantar El Credo Niceno (localizado en el apéndice), haga la siguiente oración: Oh Dios, tu inmensidad llena la tierra y todo el universo, pero el universo mismo no te puede contener, mucho menos la tierra, y menos el mundo de mis pensamientos.
El Credo Niceno y oración
~ Yves Raguin, SJ. Appleton, George, ed. The Oxford Book of Prayer . Oxford; New York: Oxford University Press, 1988. p. 4
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