El Antiguo Testamento Testifica de Cristo y Su Reino, Libro de Notas Del Estudiante, SW09
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E L A N T I G U O T E S T A M E N T O T E S T I F I C A D E C R I S T O Y S U R E I N O
La relación del Antiguo con el Nuevo Testamento puede ser entendida a través de la revelación progresiva , la cual afirma que Dios se ha revelado de manera progresiva y definitiva a través de la historia de su pueblo y finalmente a través de Jesucristo. El concepto de la revelación progresiva incluye una revelación continua de Dios hacia nosotros a través de la creación, de las manifestaciones y ocasiones específicas y en estos últimos días a través de su Hijo. El AT explica y revela al NT por medio de Cristo y ambos testamentos están enfocados en la revelación final y completa de Dios en Jesucristo y su Reino venidero. El epigrama (dicho) de Agustín resume delicadamente la relación entre ambos testamentos: “En el AT el NT se implica; en el NT el AT bien se explica”. Esta relación puede ser apreciada en el hecho que el AT provee de una introducción a la conclusión del NT en lo que respecta a la figura de Cristo, la anticipación del AT de la persona y obra del Mesías y la identificación del NT de Jesús de Nazaret como el clímax final de esta anticipación. Además, el AT es la sombra (prefigura) de la persona y obra de Cristo y el NT su personificación, el AT es apreciado como la primera revelación ineficaz de la salvación de Dios consumada en el NT en la revelación de Jesús. Finalmente, el AT narra la historia de Israel, historia que es universalizada en el NT. La promesa y el cumplimiento en la revelación del AT da firmeza a la promesa de Dios de escoger a un Salvador que redimiría a la humanidad y destruiría las obras del diablo, una promesa cumplida en la persona de Jesús de Nazaret. El NT provee varios textos centrales que afirman cómo el papel del AT es ser un testigo poderoso y definitivo de la persona del Mesías, el cual se cumple en la persona de Jesucristo (compárelo con Lc. 22.25-27, 44-48; Mt. 5.17-18; Jn. 1.45; 5.39-40; Heb. 10.5-10 con Sal. 40.6-8). Esto se puede ver en la historia de los patriarcas, la nación de Israel, las profecías mesiánicas y los estándares morales de la ley. El motivo más importante de toda la revelación bíblica en la Escritura es la promesa y el cumplimiento . Éste afirma la unidad del Antiguo con el Nuevo Testamento, en lo que respecta a la intención de Dios de revelarse a sí mismo y redimir a su pueblo, todo a través de la promesa hecha a Abraham y a sus descendientes, la cual se cumple en la persona de Jesús de Nazaret.
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