El Antiguo Testamento Testifica de Cristo y Su Reino, Libro de Notas Del Estudiante, SW09

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E L A N T I G U O T E S T A M E N T O T E S T I F I C A D E C R I S T O Y S U R E I N O

La relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento puede ser efectivamente comprendida a través en la revelación progresiva , la cual afirma que Dios se ha revelado en forma progresiva y definitiva a través de la historia de su pueblo y finalmente de Jesucristo. Dios, en diversas maneras y en tiempos diferentes se ha hecho conocer a la nación de Israel en maneras limitadas, pero en estos últimos días nos ha hablado a través de su Hijo. Jesús de Nazaret es la revelación final y completa de Dios, como lo testifica la Escritura. Como dice Agustín: “En el AT el NT se implica; en el NT el AT bien se explica”. Los Testamentos se relacionan y complementan, el AT provee de una introducción a la conclusión del NT sobre Cristo, el AT es la anticipación al clímax del NT sobre la historia de salvación de Dios en Cristo. Es más, el AT prefigura la persona de Cristo la cual es completamente personificada en el NT. Mientras que el AT es la revelación ineficaz de la salvación de Dios, en el NT todo esto está consumado, además, mientras que el AT narra los hechos del pueblo de Israel, el NT está universalizado. La unión de los testamentos puede verse en la promesa y el cumplimiento , especialmente en cómo el NT afirma que el papel del AT es testificar al Mesías, es decir, la persona de Jesucristo, por medio de la historia de los patriarcas, la nación de Israel, las profecías mesiánicas, y los estándares morales de la Ley. El elemento principal que une toda revelación bíblica en la Escritura es la promesa y el cumplimiento . Este tema afirma la unidad de la Escritura; Dios intenta revelarse y redimir a su pueblo a través de la simiente, la cual fue prometida a Abraham y a sus descendientes. Esta simiente representa a Jesús de Nazaret. El texto seminal en la Escritura es el protoevangelio , el primer discurso del evangelio en Génesis 3.15. Aquí Dios promete hostilidad entre la serpiente, la mujer y sus respectivas “simientes”, la herida en el talón de la simiente de la mujer y el aplastamiento de la cabeza de la serpiente por la simiente. En el NT, Jesús de Nazaret se revela como la simiente divina comisionada para destruir las obras del diablo y para redimir a la humanidad. El pacto de Jehová con Abraham es una continuación progresiva de la promesa divina de Dios de dar un Salvador. En su pacto con Abraham, Dios promete suministrarle una “simiente” la cual traería redención y restauración a su descendencia y a todas las naciones de la tierra. En el NT, Jesús de Nazaret es declarado la simiente de Abraham, el restaurador y redentor de la creación y del universo.

Reafirmación de la tesis de la lección

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