El Ministerio Facultativo, Guia del Mentor, MG15

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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O

Predicación efectiva: ¿Persuasión o proclamación?

Existen decenas de miles de libros, de autores evangélicos, acerca de cómo efectuar una buena predicación. Sólo es necesario vista una librería cristiana de la localidad donde vive y tomar distintos libros que enfocan la temática de la predicación desde distintos puntos estratégicos, los cuales van desde las predicaciones expositivas (aquellas que están enfocadas en la explicación de la Biblia versículo por versículo) a libros con temáticas para sermones o discursos (la clase de predicación que se construye sobre temas y materias de interés tanto del predicador como de la congregación). Cualquiera sea la estrategia, muchos libros se enfocan en la persuasión, es decir, la responsabilidad del predicador de persuadir a la audiencia a través de una buena planificación, una clara presentación y una entrega apasionada. Otros están convencidos que enfocarse en persuadir a la audiencia encierra aspectos de manipulación y coerción. Éstos argumentan que el predicador sólo habla la verdad, dejando el arrepentimiento y la obediencia al oyente. Los mismos se concentran más en la claridad del mensaje que en los métodos de persuasión. ¿Cuál es su punto de vista acerca del propósito de una predicación buena y bíblica: se trata de persuadir al oyente o de presentar la verdad de tal forma que el mismo pueda determinar qué quiere hacer con el mensaje que ha recibido? ¿Podrían considerarse ambos conceptos: persuasión y proclamación? Probablemente usted ya posee una opinión acerca de la predicación en sí misma, dependiendo de la denominación cristiana en la que se haya formado. Algunos ven la predicación como un llamado, algo que Dios concede a ciertos individuos, a los cuales responsabiliza para dar el mensaje de Cristo. Para ellos, el motivo de la predicación es la selección divina y la unción. Otros creen que la predicación es obra del ministro o persona oficialmente encargada para esta tarea. En otras palabras, predicar es el trabajo del predicador, como reparar motores le pertenece al mecánico y practicar medicina al doctor. Esta visión se enfoca en la naturaleza profesional de la tarea de predicar: ministros (personas profesionalmente religiosas) se preparan en una escuela profesional (seminario) para desarrollar sus tareas de manera profesional (la predicación). ¿Cómo concibe el papel de la predicación? ¿Cuál es su actual entendimiento acerca de la naturaleza de la predicación en sí misma? El corazón del asunto: ¿La predicación es un llamado, un trabajo o una tarea?

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