El Ministerio Facultativo, Guia del Mentor, MG15
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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O
Deje a un lado sus notas, repase sus pensamientos y reflexiones y tome la prueba de la lección 1, El Ministerio de Proclamación: Kerygma (Parte 1) .
Prueba
Revisión de los versículos memorizados
Repase con un compañero, escriba y/o recite los versículos dados para memorizar en la última clase: Efesios 4.11-16.
Entregue el resumen de la lectura asignada la semana pasada, es decir, su breve respuesta y explicación de los principales puntos que los autores procuran recalcar en la lectura adjudicada (Reporte de lectura).
Entrega de tareas
Lo que usted es, es también lo que me predica a gritos.
En la última década, la iglesia evangélica ha sufrido mucho a causa de la inmoralidad de muchos de sus líderes, los cuales han sido expuestos públicamente al ridículo, quedando en vergüenza por sus conductas sexuales desordenadas. Líderes cristianos de renombre y de influencia cuyos ministerios de predicación y enseñanza recorren en la actualidad todo el mundo, han caído desde vertiginosas alturas a la dura tierra de la realidad. Dicho de otra manera, sus vidas no coincidían con sus mensajes. De alguna manera, estos lamentables ejemplos ilustran una verdad espiritual: nuestras vidas comunican y exclaman a los demás mucho más que nuestras palabras. Como dice un gracioso dicho: “Sus hechos hablan tan alto que no logro escuchar sus palabras”. Parece ser más que una sencilla broma popular. Según su opinión, ¿qué relación existe entre la vida del predicador y la validez de su mensaje? ¿Cómo están conectados nuestro testimonio y reputación con la integridad de la Palabra de Dios y la credibilidad de nuestro mensaje?
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El convincente poder del Espíritu Santo y el ministerio de la predicación
En Juan 16.7-11, el Señor Jesús nos enseña acerca de la naturaleza del Espíritu Santo, el cual posee ramificaciones en el ministerio de la predicación. Juan 16.7-11 - “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. [8] Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. [9] De
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