El Ministerio Facultativo, Libro De Notas Del Estudiante, SW15
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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O
Lo final será tomar un examen en casa, que incluirá preguntas tomadas de los tres primeros exámenes, nuevas preguntas sobre un material extraído de esta lección, y preguntas de ensayo que requerirán breves respuestas a preguntas clave. También deberá recitar o escribir los versículos memorizados durante el curso en el examen. Cuando haya completado el examen, por favor notifique a su mentor y asegúrese que obtenga su copia. Por favor note lo siguiente: Su calificación en este módulo no se determinará hasta que tome el examen final y entregue todas las tareas en forma excelente a su mentor (proyecto ministerial, proyecto exegético y Examen Final). En esta lección de El Ministerio Facultativo , hemos buscado mostrar que el ministerio del Espíritu Santo es crucial para un ministerio de enseñanza viable en la Iglesia local. En cada dimensión de la enseñanza en la Iglesia, el Espíritu Santo es prominente: Él no solamente suple el llamado, el don, la unción, la instrucción, sino que, Él y sólo él concede el poder para obedecer la voluntad de Dios una vez que la hayamos comprendido. También hemos examinado los tres pasos involucrados en el modelo de una enseñanza bíblica efectiva, “Contacto, Contenido y Conexión”. Primeramente establecemos contacto con nuestros alumnos, comunicamos el contenido de la Palabra de Dios en nuestra lección con claridad y valor, y entonces nos esforzamos en realizar las conexiones con los principios de la escritura y las vidas de nuestros alumnos. Si aplicamos esos principios, hacemos nuestra tarea, vivimos en libertad, y dependemos del Espíritu Santo, podemos esperar que Dios honre Su Palabra al edificar a sus santos por amor de su Hijo Jesús. Nuestro deseo es que el mismo Espíritu Santo, que hizo que nuestro Señor, los profetas y apóstoles, fueran tan efectivos en su enseñanza y proclamación de la Palabra concerniente al Mesías y su Reino, lo llene de poder en todo para ser portador de frutos en cada buena obra. Le deseamos que comparta la misma carga que tenía el apóstol Pablo en la prisión romana, la de proclamar a Jesús de Nazaret, según lo dice Col. 1.28-29: “A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; [29] para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí”. ¡Que usted también aproveche todo lo que Dios le concede para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo y para la gloria de Dios! Amén.
Anuncio del Examen Final
La última palabra sobre este módulo
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