El Ministerio Facultativo, Libro De Notas Del Estudiante, SW15

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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O

compulsión divina de proclamar las Buenas Nuevas de Jesucristo y su Reino como la visión procedente del Señor para dar forma a nuestras vidas. • Numerosos son los ejemplos en la Escritura acerca del llamado divino, pero ninguno tan conmovedor como el llamado al apóstol Pablo a ser instrumento escogido de Cristo con el fin de llevar Su nombre a las naciones. • El obrar del Espíritu Santo en el corazón y la vida de la persona es de suma importancia para el llamado, siendo usualmente confirmado en la Iglesia. Como tal, el ministerio de la predicación no es un trabajo, sino más bien una tarea asociada con la gracia, los dones y la dirección que el Espíritu Santo nos brinda. • El carácter del predicador es crucial para el ministerio de la predicación, especialmente si nos basamos en la premisa: “quienes somos es más importante que lo que hacemos”. La principal virtud de la predicación es la valentía de hablar el mensaje sin temor o intimidación, por ende, su más destacado vicio es la cobardía , es decir, fallar y no anunciar lo que Dios nos ha confiado, por temor a otros o evitar el sufrimiento. • La raíz del ministerio de la predicación neotestamentaria se encuentra en la persona y obra de Jesucristo, especialmente en la proclamación de las Buenas Nuevas de salvación y vida eterna a través de la fe en Su nombre. Los apóstoles proclamaron que Jesús de Nazaret fue crucificado por los pecados del mundo, pero después de haber muerto resucitó y ascendió al cielo como Señor de la Tierra. También proclamaron la venida del “Reino del ya pero todavía no” de Dios y anunciaron “el mensaje de Dios” acerca del Mesías y el gobierno de Dios en Él, tanto a los creyentes como a los incrédulos.

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I. El llamado al ministerio de la predicación

Video y bosquejo segmento 2

A. El ministerio de la predicación es un llamado muy particular: Romanos 10 define la necesidad de recibir dicho llamado. Ro. 10.14-17 - “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído. ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? [15] ¿Y cómo predicarán sino fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán bellos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!. [16] Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor,

La predicación es indispensable para el cristianismo. ~ John Stott

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