El Ministerio Facultativo, Libro De Notas Del Estudiante, SW15
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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O
pecado, por cuanto no creen en mí [10] de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; [11] y de juicio por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”. Jesús establece claramente que el Espíritu Santo (no el predicador evangélico) es el que convence al mundo de pecado, justicia y juicio. Es Él quien revela la Palabra del Señor, el que nos hizo ver nuestra condición de perdidos, desesperados, sin esperanza y sin la presencia de Dios. Si consideramos las palabras de Jesús como absolutamente ciertas, creyendo entonces que sólo el Espíritu Santo es capaz de hacer que el perdido vea la necesidad de acercarse a Dios, entonces, ¿no son todas las predicaciones imprudentes? (comp. 1. Co. 1.18, 21) Si el Espíritu es el único capaz de transformar, ¿para qué son necesarios los predicadores después de todo? ¿A qué se refería Pablo cuando enseñó que las personas no escucharán del evangelio si no hay quien les predique (comp. Romanos 10.14-15: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? [15] ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”). Algunos líderes evangélicos en la actualidad han abandonado la disciplina, el estudio y la rigurosa preparación de los sermones. Basados en la verdad de que sin el Espíritu Santo no puede haber fruto espiritual, muchos han sustituido el estudio diligente de la Palabra de Dios por el llamado “camino de la fe”. Para estos líderes, concentrarse demasiado en la preparación o planificación de estas cosas es una postura carnal, orgullosa y pesimista en lo referente a la tarea del Espíritu Santo. Podría decirse que los mismos “van con la corriente”, “siguen la dirección del Señor en el momento” y “esperan la dirección del Espíritu Santo en el tiempo correcto”. Otros, igualmente comprometidos con el Espíritu Santo, creen que la disciplina y el ejercicio, así como la preparación y planificación, no impiden la espontaneidad, sino que la hacen posible. Para esto utilizan, entre otros ejemplos, el caso de Michael Jordan, el cual realizó cosas remarcables en la cancha a causa de sus incontables horas de práctica. ¿Qué pensamiento considera más bíblico: “caminar con el Espíritu” o “estudiar para ser un obrero que busca no ser avergonzado”? ¿Dependencia del Espíritu Santo o vagancia?
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