El Ministerio Facultativo, Libro De Notas Del Estudiante, SW15

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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O

Koller, Charles W. Expository Preaching Without Notes plus Sermons Preached Without Notes . Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1962. Long, Thomas G. Preaching and the Literary Forms of the Bible . Philadelphia: Fortress Press, 1989.

Mitchell, Henry. Black Preaching . Nashville: Abingdon, 1990.

Como líder que está interesado en tocar las vidas de otros con el evangelio de Cristo, deberá profundizar en varios de los principios cubiertos en esta lección, buscando llevarlos a la práctica en su vida y ministerio. Lo que sin duda hemos aprendido en esta lección, es que no es posible ignorar nuestra situación de vida y esperar ver la mano de Dios obrar de forma directa y poderosa. Dios desea trabajar a través de nosotros y juntamente con nosotros . Debemos aprender el significado de estas verdades en nuestras propias vidas, y estar dispuestos a que el Espíritu Santo obre en nosotros como antesala, para luego trabajar en la vida de los demás. Invierta tiempo en meditar acerca de las verdades de esta lección, y ruegue al Señor que le revele el área en su vida que debe ser limpiada, corregida o desarrollada por Él. Tome un tiempo para orar con y por sus compañeros, considerando las verdades aprendidas acerca del Espíritu Santo y la predicación de la Palabra de Dios. Cualquier predicación bíblica y evangélica debe ser nutrida por la oración. No debe buscar una oración forzada, corta y rápida, sino la orientación del Espíritu para su vida, la cual hará de cada fase de su estudio y ministerio, una expresión de oración. La relación entre la oración y la obediencia es claramente apreciada en la Palabra de Dios. E. M. Bounds argumenta que para mantener una vida de oración es necesario internalizar en nuestros corazones y mentes las profundidades de la Palabra de Dios. Observe cómo enfatiza el hecho que la oración abre camino a la obediencia, y que la obediencia hace efectiva la oración en nuestras vidas: Nuestro Señor Jesucristo, “santo, sin maldad, sin contaminación, apartado de los pecadores”, tenía total libertad para acercarse y acceder a Dios en oración. La razón para esto provenía de su incuestionable obediencia al Padre. En toda Su vida terrenal Su supremo deseo fue obedecer la voluntad de Su Padre. Este hecho, sumado a la conciencia de tener una vida ordenada, le dio

Conexiones ministeriales

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Consejería y oración