El Nuevo Testamento Testifica de Cristo y Su Reino, Libro de Notas Del Estudiante, SW13
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E L N U E V O T E S T A M E N T O T E S T I F I C A D E C R I S T O Y S U R E I N O
¿Es herético el evangelio de la sanidad-prosperidad?
Muchos proclaman hoy día un evangelio que promete cosas fáciles, comodidad y bendición en presencia de un mundo que crece constantemente en violencia, vicios, e injusticia. En el corazón de este evangelio está la creencia que la muerte de Jesús adquirió para los creyentes una resonante victoria, la cual alcanza cada área de la vida que esté sin mancha o ingredientes de problemas o tribulaciones. Si nuestra fe es firme, si nuestra confesión es clara y nuestra confianza en la Palabra de Dios es estable, recibiremos salud y abundancia del Señor, las bendiciones que llegan a aquellos cuya fe permanece inamovible y fuerte. Este estilo de vida de bendición y victoria refleja una fe salvadora; los que se aferran a Dios alcanzarán un nivel de bendición y gracia que no disminuirá, siempre y cuando su fe permanezca firme. ¿Qué cree usted acerca de este “evangelio”? ¿Es bíblico, extremista, o hasta quizás hereje? Parece ser que en los vecindarios urbanos, muchas personas sufren a diario de la miseria. Algunos viven sin casa, comida, techo y ropa, sin tener cubiertas las mínimas necesidades de la vida y la salud. Muchos son víctimas de abuso y violencia, y a diario muchos viven en la soledad y la desesperación. ¿Cuál es el rol de la miseria en la vida cristiana? ¿Por qué le suceden cosas terribles a algunas de las mejores personas, mientras algunos de los más malos e injustos parecen vivir vidas libres de problemas? ¿Hay diferentes clases de miseria? ¿Existe un tipo de miseria y oposición que realmente lleva a la piedad y al crecimiento, o todas son expresiones de la miseria del pecado y del odio del enemigo del pueblo de Dios? ¿Quién es el verdadero culpable de la oposición y el odio que frecuentemente ocurren en la vida de los que pertenecen a Jesús? Si bien resulta obvio notar que Jesús sufrió oposición en diferentes lugares, no por Su causa, sino por las intenciones malignas de sus enemigos, ¿se podría decir lo mismo de nosotros? ¿Experimentamos, como discípulos de Jesús, la oposición debido a que estamos en comunión con él? ¿O algunas veces experimentamos la oposición debido a nuestro propio pecado y a nuestras reacciones impías hacia los otros? Si eso es cierto, entonces, ¿cómo podemos saber cuándo estamos siendo perseguidos por nuestra alianza con Jesús y cuándo es que lo somos debido a nuestro propio comportamiento pecaminoso en este mundo ? Una pregunta para la ciudad: Clases de miseria Culpando a la persona indicada
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