El Reino de Dios, Guia del Mentor, MG02

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E L R E I N O D E D I O S

El Reino de Dios Consumado

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¡Bienvenido en el poderoso nombre de Jesucristo! Después de su lectura, estudio, discusión, y aplicación del material de esta lección, usted podrá:

Objetivos de la lección

• Definir qué es escatología y su importancia para el discipulado cristiano.

• Bosquejar someramente el concepto bíblico de la muerte, y discutir junto a otros la enseñanza bíblica del estado intermedio. • Fijar su atención en la Segunda Venida de Cristo, la resurrección de los muertos, el juicio final y el Reino consumado con Dios como el Todo en todos.

• Recitar de memoria un pasaje relacionado con la consumación del reino de Dios.

Devocional

¿Quién es digno de consumar el reino de Dios?

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Lea Apocalipsis 5.1-14 . En una de las profecías más impresionantes respecto al tiempo del fin en la visión apocalíptica de Juan, somos transportados en el libro de Apocalipsis al mismo trono del Dios Todopoderoso. En su mano derecha, el Todopoderoso tenía un libro, que abrirlo significaría el comienzo del “principio del fin”, el programa cósmico de Dios para restaurar su Reino en el universo. En una escena angustiante, Juan vio que no había nadie en el cielo o en la tierra digno de abrir el libro, o aun de mirarlo. En respuesta a esta agonía, Juan nos dice que lloró amargamente por mucho tiempo ya que en todo el universo ni siquiera uno fue hallado digno. Solamente en el momento cumbre, uno de los ancianos le dijo al lloroso apóstol, “No llores más; he aquí, el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos”. Juan, volviendo su mirada a la fatídica escena, ve un Cordero parado en medio del trono y los cuatro seres vivientes. Este Cordero parecía haber sido inmolado hacía poco tiempo, tenía siete cuernos (su autoridad) y siete ojos (el Espíritu de Dios enviado sobre la tierra). Es en este momento que los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes entonaron un canto sobre la dignidad del Cordero porque fue inmolado y redimió para Dios a todo linaje, lengua, pueblo y nación.

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