Evangelizacion y Guerra Espiritual, Guia del Mentor, MG08

E V A N G E L I Z A C I Ó N Y G U E R R A E S P I R I T U A L

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Engaño demoníaco versus responsabilidad personal

Estaba aconsejando a una familia que tenía un ser querido con problemas judiciales. Uno de los miembros de la familia cree de todo corazón que el engaño y la influencia demoníaca son la raíz de lo que sucedió con su ser querido. Solamente la influencia demoníaca podría explicar que cambiara tan repentinamente, que aceptara las malas influencias de algunos de sus amigos y se involucrara en un crimen tan violento. Otros familiares rechazaron este punto de vista. Ellos concluyeron que él sabía perfectamente lo que era correcto, pero decidió ignorar la ética enseñada en su hogar y optó por seguir los pasos de las malas influencias del barrio. ¿Cómo explicaría a esta familia la relación que existe entre el engaño del diablo en nuestras vidas y las malas decisiones que tomamos, las cuales nos conducen al mal, a causa de nuestra naturaleza pecaminosa? Antes de salir a predicar puerta por puerta en la comunidad, se tiene una reunión en la cual un anciano da unas palabras de aliento a los que estaban por ir. Les pidió que no se desmoralizaran, que compartieran el evangelio con sus vecinos y oraran para que Dios obrara en sus vidas, pero que no esperaran ver cambios instantáneos en sus vidas. Aun cuando le dijeran sí a Cristo, los cambios morales requieren de mucho tiempo y esfuerzo. Algunos de los obreros rechazaron este punto de vista, objetando que podemos esperar cambios dramáticos cada vez que una persona acepta a Jesús como Señor y Salvador. ¿Cuál es la respuesta mejor, más correcta y más bíblica para esta discusión? Al presentarle las Buenas Nuevas de salvación a unos jóvenes que estaban en una esquina, uno de ellos rechazó la idea de que el barrio se encontrara en una difícil condición a causa del pecado. Él dijo, “Por años este país trató a la gente no blanca como ciudadanos de segunda clase, no se nos permitía votar, trabajar o participar en los asuntos sociales. Nosotros no pedimos para vivir en este barrio, y si pudiéramos votar, ninguno de los vecinos elegiría vivir en un vecindario en el cual la gente no está segura, donde las personas pasan hambre, no tiene buena ropa, buenos trabajos ni cosas agradables como mucha gente posee. ¡No me importa lo que usted diga! No es nuestra falta que las cosas estén así. La sociedad nunca nos ha tratado correctamente. ¡Ésta nos ha convertido en lo que hoy somos!” ¿Cómo contestaría a este punto de vista? No esperemos un cambio inmediato No es nuestra falta

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