Evangelización y Guerra Espiritual, Libro de Notas del Estudiante, SW08
E V A N G E L I Z A C I Ó N Y G U E R R A E S P I R I T U A L
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“¿Por qué le suceden cosas malas a la gente buena?”
Una noche, un niña estaba mirando las noticias locales con sus padres. Juntos escucharon la historia de un pequeño niño que fue atropellado cuando un conductor perdió el control de su vehículo a causa de la nevada. El niño murió poco tiempo después. Ese triste incidente hizo que, más tarde en la noche, la niña le preguntara a su mamá, la cual era creyente, “mamá, ¿recuerdas la historia que escuchamos hace un momento, sobre el niño que murió en el accidente? ¿Por qué sucedió? ¿Por qué le sucede esto a la gente que no ha hecho nada malo? ¿Podría Dios detener estas cosas antes de que sucedan? ¿Por qué le suceden cosas malas a la gente buena?” ¿Cómo respondería a estas preguntas si fuera uno de los padres de esta niña? En una de las horas de descanso laboral, mientras comíamos, surgió una discusión en el comedor entre dos empleados. Discutían los eventos del 11 de septiembre y la espeluznante destrucción de las torres gemelas en Nueva York. Uno manifestaba que este evento, al igual que otros similares, provenía de la obra de gente mala que era utilizada por el diablo como si fuera una herramienta. Todo el mal tiene sus raíces en las mentiras del diablo. El otro empleado rechazaba la idea, impugnando que la maldad es resultado de las malas decisiones que toman los individuos, las cuales no tienen relación alguna con demonios u obras satánicas. Culpar al diablo de estas cosas, dijo este empleado, es una excusa para no responsabilizarnos de nuestras propias acciones. Una vez que cada uno defendió su posición quisieran saber cuál es su opinión con respecto a estas cosas. ¿Qué les diría? “No hay diablo”
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“¿Qué puedes prometerme?”
Un joven discípulo de Jesús evangelizaba en su escuela, dando un bosquejo de las Buenas Nuevas de salvación de Dios a través de Cristo Jesús. Él explicaba quién era Jesús, por qué vino a la tierra y el propósito de su muerte, además, lo que Dios promete a aquellos que reciben a Jesús como Señor y creen que Dios lo levantó de los muertos. Después de escuchar detenidamente su testimonio, un joven necesitado dijo: eso está muy bien, pero no creo que eso de la vida eterna y la salvación me sean de ayuda ahora. Estoy sin dinero, en bancarrota, perdí mi trabajo hace dos días y el pago de la renta se vence en
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