Fundamentos de Liderazgo Cristiano, Guia del Mentor, MG07

2 6 4 /

F U N D A M E N T O S D E L I D E R A Z G O C R I S T I A N O

Lecturas acerca de la Iglesia (continuación)

Más allá de los Evangelios, la mayoría del NT es la historia de “iglesias locales” y de cómo Dios desea que funcionen. En verdad, Cristo Jesús vino a poner el fundamento y a edificar su ekklesía (Mt. 16.18) y cuando le dijo a Pedro: “Edificaré mi iglesia ”, ciertamente estaba pensando más allá que en establecer una “iglesia local” en Cesarea de Filipo, donde se llevó a cabo esta conversación (Mt. 16.13-20). . . . Por otra parte, Jesús también anticipaba la multitud de iglesias locales que serían establecidas en Judea y Samaria y a través del Imperio Romano, y eventualmente en todo el mundo como vemos en la actualidad. Esta historia comienza en el libro de Hechos y se extiende por un significativo período de tiempo durante el primer siglo (aproximadamente desde el año 33 D.C., hasta el año 63 D.C.). Además, durante este tiempo, la mayor parte de las cartas del Nuevo Testamento fueron escritas a esas iglesias locales, o a personas como Timoteo y Tito, quienes estaban contribuyendo a establecer las iglesias.

~ Gene Getz. Elders and Leaders . Chicago: Moody, 2003. pp. 47-48.

Un mundo que cambiar, un mundo que ganar

Si alguien va a cambiar el mundo para bien, deberían ser los cristianos, no los comunistas. En cuanto a mí, quisiera decir que si empezáramos a aplicar nuestro cristianismo en la sociedad donde vivimos, entonces seríamos nosotros, por cierto, quienes cambiaríamos el mundo. Además, los cristianos tienen un mundo que cambiar y un mundo que ganar. Si los primeros cristianos hubieran usado gritos de combate, éste hubiera sido uno de ellos. Pero también puede ser nuestro. No hay razón en lo más mínimo por la cual tales cosas debieran ser el monopolio de los comunistas [y de los musulmanes, y los ateos, y los hedonistas, y los humanistas seculares, y los . . .]

~ Douglas Hyde, Dedication and Leadership , pp. 32-33

Los que ponen el mundo de cabeza, han recibido lo que procuraban

El más amargo enemigo llegó a ser el más grande amigo. El blasfemo llegó a ser el predicador del amor de Cristo. La mano que escribió la acusación de los discípulos de Cristo cuando los traía delante de los magistrados y a la cárcel, ahora escribe epístolas del amor redentor de Dios. El corazón que una vez latió con gozo cuando Esteban se hundía bajo las piedras ensangrentadas, ahora se regocija por los latigazos que recibe y en ser apedreado por la causa de Cristo.

Made with FlippingBook - professional solution for displaying marketing and sales documents online