Fundamentos de Liderazgo Cristiano, Guia del Mentor, MG07
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F U N D A M E N T O S D E L I D E R A Z G O C R I S T I A N O
5.1; 2 Juan 1; 3 Juan 1). Los discípulos de Jesús transmiten su enseñanza a otros, los cuales son sus representantes y agentes oficiales (2 Tes. 2.15; 2 Ti. 2.2). Beckwith y Warden nos ayudan a través de un artículo a entender la conexión entre la visión cristiana y el entendimiento del anciano en el AT. Refiriéndose a la declaración de arriba sobre el transmitir la enseñanza de una generación a otra, ellos sugieren: Aquellos que están comprometidos son llamados ancianos (Hechos 14.23; Tito 1.5). Ellos aparentemente son designados por imposición de manos (Hechos 6.6; comp.11.30; 1 Ti. 4.14; 5.22; 2 Ti. 1.6). Deben estar listos para mantenerse económicamente (Hechos 20.17, 33–35). Deben ejercer la tarea de la enseñanza (1 Ti. 5.17; Tito 1.5, 9) y actuar como jueces (Hechos 15.2, 6, 22–29; 16.4). La pregunta que puede surgir aquí es si existe un paralelo entre el concilio de Jerusalén o corte de apelaciones, el cual estaba formado por apóstoles y ancianos, y era presidida por Santiago, el hermano del Señor, y el Sanedrín, el cual estaba formado por los jefes de los sacerdotes y ancianos, y era presidido por el Sumo Sacerdote. Además de las tareas de enseñanza y de juicio, la tarea de gobernar es re-enfatizada en el liderazgo cristiano, dándole un carácter pastoral más que un carácter político (Hechos 20.17, 28; 1 Ti. 5.17; Stgo. 5.14; 1 Pe. 5.1–4; Mt. 9.36–38; Ef. 4.11); De aquí proviene el título de obispo, desapareciendo el oficio de “gobernador-de-la-sinagoga” en el cristianismo, tarea que era parcialmente absorbida por los ancianos, y parcialmente por el propietario de la casa-iglesia. El “asistente”, por otro lado, sobrevive como el diácono cristiano, a pesar que su oficio permanece a nivel local a tal punto que los diáconos aparecen únicamente en el NT. El liderazgo cristiano, sin embargo, es primordialmente un oficio de enseñanza, de adjudicar preguntas correctas y equivocadas, y de proveer supervisión pastoral. A pesar que los ancianos son especialmente ordenados, su oficio no es sacerdotal o ceremonial. Los sacramentos están bajo la supervisión de un ministro, pero no son su principal prerrogativa. Cuando el oficio de obispo se separa del oficio de anciano, en el siglo II, las tareas de enseñanza, vigilancia pastoral y supervisión de los sacramentos son compartidas entre ambos; la tarea de actuar como juez, en problemas de excomulgación y reconciliación se adhiere primariamente al obispo; así también sucede por un tiempo con la asistencia del diácono; y de igual manera la tarea de ordenación, la práctica de tener dos personas con el propósito de cooperar en la ordenación del obispado, y el concepto de una sucesión de maestros, en el cual cada uno entrega a su sucesor el mensaje que a ellos mismos se les había confiado.
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