Fundamentos para las Misiones Cristianas, Guia del Mentor, MG04
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F U N D A M E N T O S P A R A L A S M I S I O N E S C R I S T I A N A S
Is. 61.1-3 - El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; [2] a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; [3]a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. La respuesta de Jesús muestra lo que el Mesías sería, y por qué sus obras y acciones corresponden perfectamente a esa imagen. Las sanidades y predicación de las Buenas Nuevas de Jesús a los pobres son señales de la era mesiánica, de que el Reino de Dios ha llegado, y lo más importante es que Jesús de Nazaret es el Mesías del Reino. Nosotros sabemos que Jesús es Aquel por lo que Él hizo y les dijo a los pobres. Entonces, ¿cómo revelamos nuestra conexión con el Mesías? Por nuestro amor a los hambrientos, sedientos, desnudos, forasteros, prisioneros y los enfermos como si ellos fueran Él, como si Él fuera ellos, porque de hecho, lo que hacemos (o no hacemos) por ellos, se lo estamos haciendo a Él (Mt. 25.31-46). La época mesiánica (y la comunidad mesiánica) será conocida por la justicia y derecho que hagan a favor de los destituidos y los necesitados. Esto es muy significativo para nosotros hoy. El verdadero Mesías exhibió sus credenciales espirituales en virtud de su amor, generosidad, cuidado y sanidad de las personas más vulnerables, despreciadas y necesitadas en la sociedad de Israel, y por predicar las Buenas Nuevas del Reino de Dios aquí. Sus seguidores ahora deben demostrar su genuinidad por hacer las mismas obras a las mismas personas como Él. Ciertamente, los que dicen que están permaneciendo en Él deben andar así como Él anduvo (1 Juan 2.6). Jesús es Aquel a quien todos nosotros estamos esperando. A propósito, ¿es usted miembro de su nueva comunidad que-vivirá-para-siempre? Como lo sugiere el canto usualmente entonado en los cultos de fogatas: “Y sabrán que somos cristianos por nuestro amor, por nuestro amor, sí, sabrán que somos cristianos por nuestro amor”.
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