Fundamentos para las Misiones Cristianas, Guia del Mentor, MG04
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F U N D A M E N T O S P A R A L A S M I S I O N E S C R I S T I A N A S
formar parte de esa compañía que constituye la esposa de Cristo, es uno de los principales temas de la revelación bíblica. R. C. Ortlund, Jr. habla de la imagen de Cristo como el novio y esposo del pueblo de Dios, la Iglesia, en la consumación de todas las cosas mencionado en el gran y final texto de Apocalipsis. Comentando acerca de las escenas provistas en el cielo después de la destrucción de la gran ramera, Babilonia, Ortlund sugiere que: Después que Babilonia, la ‘gran ramera que corrompió a la tierra con su fornicación’ (Ap. 19.2), haya sido juzgada por Dios, los santos victoriosos se regocijan porque ‘han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado (Ap. 19.7). Se le ha concedido vestirse de ‘lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos (Ap. 19.8). El esposo de la novia presenta la iglesia ante sí mismo, sin mancha ni arruga ni nada por el estilo (comp. Efe. 5.26–27). El tipo de la realidad finalmente aparece al descender del cielo de Dios la nueva Jerusalén, preparada como una novia adornada para su esposo (Ap. 21.2). No habrá matrimonios humanos en el cielo (Mar. 12.25), porque el cielo será el matrimonio. Es muy difícil discutir esto sin usar una elevada prosa, como Jonathan Edwards lo ilustra (*Works [Edinburgh, 1979 reimpresión], vol. 2, p. 22): Luego la iglesia le será traída para el gozo pleno de su novio, habiéndose enjugado toda lágrima de sus ojos; y ya no habrá más distancia ni ausencia. Luego ella será llevada al gozo de una fiesta eterna de bodas, para morar para siempre con su novio; sí, para morar eternamente entre sus abrazos. Entonces Cristo le prodigará sus amores; y ella beberá a plenitud de ello, sí, nadará en el océano de su amor. Resumiendo esto: el patrón general de la enseñanza bíblica sobre el matrimonio demuestra una simetría tipológica desde Génesis hasta Apocalipsis, como una ‘unidad-de-la-carne’ del matrimonio humano, sagrado pero provisional, apunta hacia adelante y a lo alto a la eterna unión de Cristo con su esposa, la iglesia. El inherente simbolismo del matrimonio terrenal le concede a la relación más dignidad; su significado va más allá de lo humano y temporal hasta lo divino y eternal.
~ R. C. Ortlund, Jr. “Marriage”. The New Dictionary of Biblical Theology . T. D. Alexander, ed. (electronic ed.). Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000.
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