Haciendo Justicia y Amando la Misericordia: Ministerios de Compasion, Libro de Notas del Estudiante, SW16

H A C I E N D O J U S T I C I A Y A M A N D O L A M I S E R I C O R D I A : M I N I S T E R I O S D E C O M P A S I Ó N

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La Iglesia es tanto el lugar como el agente del Reino de Dios en el mundo (no del mundo) . Como tal, ésta afirma que Dios es tanto Dios de la naturaleza como Dios de la salvación, de la creación así como del pacto, de la justicia así como de la justificación. Como representante del Reino de Dios, la Iglesia es llamada a mostrar y anunciar libertad al mundo, expresar la completa integridad de Dios y defender Su justicia en el mundo. Una buena definición de imago Dei (imagen de Dios) en la Escritura es “Condición única de todos los humanos, los cuales están hechos semejantes a Dios y merecen nuestro respeto, protección y cuidado”. La afirmación de Dios de haber creado a la humanidad a Su imagen es absolutamente única , ninguna otra criatura o ángel ha sido creado a la imagen de Dios. La Escritura no enseña la manera específica en la cual la humanidad es creada a la imagen de Dios, sino que sugiere que los seres humanos comparten características propias de Dios, como la personalidad, la razón, el libre albedrío y la capacidad moral. El hecho que la humanidad fue creada a la imago Dei sugiere que todos los seres humanos comparten su imagen; sin importar su estado individual o colectivo; por lo tanto son únicos, preciosos y sin precio en lo que respecta a sus personas . La enseñanza bíblica con respecto al imago Dei en la humanidad transforma nuestra comprensión acerca de las personas. Éstos, son creados a la imagen de Dios, coronados de gloria y honor, tremenda y maravillosamente hechos, además de estar providencialmente nutridos por Dios. Como tales, los seres humanos han recibido la inmerecida gracia y favor incondicional de Dios, el cual se identifica con las luchas, necesidades y cargas aun de los seres humanos más vulnerables de la tierra. Los seres humanos, sin importar su trasfondo, pueden ser transformados y renovados para transformarse en portadores de la naturaleza divina a través de la fe en Jesucristo. Por otro lado, aquellos que rechazan a Cristo no renuevan en sí mismos la imagen de Dios, sino que todavía comparten la semejanza de Dios como seres humanos .

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