Haciendo Justicia y Amando la Misericordia: Ministerios de Compasion, Libro de Notas del Estudiante, SW16

H A C I E N D O J U S T I C I A Y A M A N D O L A M I S E R I C O R D I A : M I N I S T E R I O S D E C O M P A S I Ó N

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Es hora de discutir con sus compañeros las dudas que tenga acerca del ministerio en la congregación local, y su responsabilidad de practicar la justicia y la misericordia de Dios en la misma. Usted es un discípulo de Jesús en una de las iglesias locales de la ciudad que está llamada a representarlo en medio de la misma. Luego de haber meditado en estas verdades, ¿qué interrogantes tiene al respecto? ¿Qué asuntos debería explorar a la luz del material estudiado? Use las siguientes preguntas como una ayuda para formular las suyas de manera más específica. La Iglesia demuestra la justicia y misericordia de Dios a dos objetos interrelacionados en su servicio: los miembros de su comunidad de pacto y aquellos que están fuera. Los creyentes son llamados a cuidar los miembros de sus propios matrimonios, familias, y familias extendidas, como también a todos los miembros de la asamblea de Dios. Somos llamados a servir a aquellos que no creen, incluyendo a aquellos contados como vecinos, extraños, extranjeros y aún a nuestros ememigos. Dios revela su amor y justicia en el mundo, a través de los individuos, las familias, las congregaciones locales, las organizaciones caritativas y las instituciones gubernamentales que son usadas por Dios para comunicar su generosidad, justicia y misericordia a aquellos en necesidad. Como el lugar del Reino de Dios, la iglesia local tiene un papel único en lo que respecta a practicar la misericordia y el amor hacia los demás. Seis principios pueden enseñarnos la manera de llevar a cabo este cuidado: cada asamblea local debe hacer el bien a todas las personas, pero especialmente a aquellos de la familia de la fe, está llamada a seguir el ejemplo de Jesús en un servicio desinteresado, equipar a sus miembros para la obra del ministerio, a mostrar amor y misericordia con sabiduría y gracia a través de las palabras y los hechos, además de trabajar para resolver los problemas, no únicamente los síntomas. Dios capacita a Su pueblo, la Iglesia, para representar los valores de Su Reino (es decir, la justicia, el amor y la misericordia) y la ha llamado a hacer buenas obras para Su gloria.

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Aplicación del estudiante