Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

FE Y OBRAS

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lo han hecho? ¿Y qué puede hacer la iglesia local para hacer del mundo un lugar mejor para ellos? La iglesia local debe entender las diferencias y actuar sobre los puntos en común. Dios quiere que todos los vecindarios florezcan, y no pueden hacerlo si las instituciones no funcionan bien. No debe haber tensión entre la evangelización y la justicia dentro del cuerpo de Cristo, ya que es innecesario priorizar uno sobre el otro. La Biblia claramente no lo hace. Ambos son bíblicos y dos caras de la misma moneda: proclamar y demostrar la obra y el testimonio de Dios. Para completar la misión de la iglesia ordenada por Dios, no puede tener evangelización sin justicia. No hay cumplimiento de la Gran Comisión sin seguir el primer y segundo mandamiento más grande de amar a Dios y amar a su prójimo como a si mismo. Antes de que Jesús ascendiera al cielo, su último tema fue la evangelización. Les dijo a sus seguidores que hicieran discípulos de todas las naciones, y dijo que enviaría al Espíritu Santo para capacitarlos para hacerlo (Mateo 28:19; Hechos 1:8). Esto no era una sugerencia sino una orden con la expectativa de que su propia existencia dependía del éxito de sus esfuerzos. No debían tener miedo, ya que él los autorizó y les dió el poder para realizar esta tarea. Y esa tarea no tiene límites. Debían comenzar donde estaban, que era Jerusalén. Esa ciudad también fue el sitio del derramamiento del Espíritu Santo de Dios, que sucedió en Pentecostés. Muchos de los que primero se convertirían tendrían una amplia gama de relaciones dentro de la ciudad, por lo que tiene sentido comenzar allí. Sin embargo, Jerusalén también fue el lugar donde seguir a Cristo fue más controvertido, ya que fue crucificado allí en un pasado