Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

FE Y OBRAS

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del cielo, ya que el cielo y la tierra están unidos por la cadera. Cuando llegamos a Génesis 3, el pecado entra en el mundo, y la creación se divide en las dos dimensiones del cielo y la tierra. Ese es el estado de cosas hasta que Jesús regrese. El cielo permanece incorrupto, pero todos sabemos que en este momento la tierra está muy corrompida y no es un gran lugar para vivir. Sin embargo, este no es el mundo que nuestro Padre celestial creó. Romanos 8:18-25 es muy instructivo con respecto a esto. Señala que el mundo está quebrantado a causa del pecado. En este estado roto, la tierra está expuesta al fracaso, la opresión y la decadencia, lo que obstaculiza el diseño original de Dios. Aunque las cosas se ven sombrías a nuestro alrededor, al final ganamos. Dios ha prometido que habrá un cielo y una tierra nuevos que liberarán al mundo de la esclavitud del pecado y el mal. Apocalipsis 21–22 deja claro que la creación será restaurada a su gloria original, donde el cielo y la tierra se vuelven a coser. Cuando Cristo regrese, viviremos en una tierra renovada. Segundo, la Biblia presenta el cielo como control de la misión para la tierra. Es la oficina del CEO del universo cósmico, el lugar donde se dan las directivas para el orden mundial. Jesús dijo en la Gran Comisión en Mateo 28:18: “Toda autoridad en el cielo y en la tierra me ha sido dada”. Las Escrituras dicen repetidamente que Jesús está en el cielo, gobernando el mundo entero, y un día regresará para dar a conocer esa regla a todos. Por lo tanto, en la oración debemos pedir que Dios haga las cosas en la tierra como son en el cielo. Tercero, el cielo no es nuestro lugar de descanso final. Cuando muramos, experimentaremos conscientemente el amor de

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