Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

¿QUÉ HARÍA JESÚS?

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Hace poco recibí un anuncio por correo de un candidato local para la junta de la escuela. Está bien hecho. Es un anuncio muy atractivo con un hombre afroamericano sonriente al lado derecho. Al lado izquierdo hay una puerta abierta a un salón de clases y las palabras “Gary Favors: Abriendo la puerta a la oportunidad”. Luego pasa a hacer un llamamiento a por qué debería votar por él: “Criado en el centro de la ciudad de Cincinnati, Gary superó las probabilidades. Se convirtió en el primero de su familia en ir a la universidad, sirvió como un capitán del ejército de los Estados Unidos y tiene 23 años de récord como maestro en las escuelas públicas de Cincinnati. Gary tiene la visión y el liderazgo que necesitan nuestras escuelas”. Así que los especialistas en mercadeo hicieron un gran trabajo al resaltar la narrativa estándar de superar un déficit. Ahora déjeme ser claro. No estoy en contra en celebrar la superación de las adversidades. Si usted va al blog de World Impact, verá un montón de historias de personas que se han superado. La historia de Gary es inspiradora, y me alegro de que se haya superado. Toda mi vida ministerial ha consistido en ayudar a la gente a superarse. Lo que me pregunto es por qué la superación de la pobreza es el estándar narrativo que usamos para valorar a la gente en o de la pobreza. Pruébeme en esto. Vaya a cualquier forma de medios de comunicación y mire una historia de alguien del barrio. Le garantizo que nueve de cada diez veces es una celebración de esa persona que superó los déficits creados por la pobreza: un atleta que creció en la pobreza extrema y llegó a las grandes ligas; un exconvicto graduado de una escuela de la Ivy League; una madre soltera que comenzó su propio

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