Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

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PARTE 1: IGLESIA POCO COMÚN

JESÚS CONDENÓ EL ABUSO DE LA RIQUEZA Jesús enseñó que los asuntos espirituales y materiales son inseparables. Las consecuencias eternas surgen de las decisiones que tomamos sobre los bienes materiales y el lugar que tienen en nuestras vidas. Jesús no solo sugirió que practicáramos la generosidad. Si creemos en sus enseñanzas, nuestra fe depende de ello. Anteriormente vimos Mateo 19:16-22. Veamos ahora el resto de la historia. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “De cierto os digo que es difícil para alguien rico entrar en el reino de los cielos. Una vez más les digo que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para alguien que es rico entrar en el reino de Dios”. Cuando los discípulos oyeron esto, se asombraron mucho y preguntaron: “¿Quién, pues, puede ser salvo?” Jesús los miró y dijo: “Para el hombre esto es imposible, pero para Dios todas las cosas son posibles”. Pedro le respondió: “¡Hemos dejado todo para seguirte! ¿Qué habrá entonces para nosotros?” Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros. (Mateo 19:23-30)

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