La Busqueda del Pergrino

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estrategia, estamos convencidos que dentro de este libro encontrará una sabrosa nutrición para fortalecerle en su viaje hacia Cristo.

La idea del peregrinaje espiritual no es nada nuevo en la formación espiritual cristiana. La gente ha venido haciendo verdaderas peregrinaciones a sitios y lugares específicos por miles de años. Durante la época medieval, los cristianos solían viajar cientos de kilómetros para poder visitar un lugar de valor espiritual – el sitio de descanso de algún mártir cristiano o un punto clave de importancia espiritual. Los que conocemos al Señor Jesús y anhelamos la llegada a la verdadera Tierra Prometida, peregrinamos cada día mientras buscamos al Señor y en oración proseguimos a la meta por el premio supremo en Cristo Jesús (Fil. 3:7-14). Como creyentes en Cristo y en los hijos espirituales de Abraham, admitimos que también somos peregrinos, extranjeros y exiliados en esta tierra; buscamos la tierra de la promesa. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; [18] sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, [19] sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. ~ 1 Pedro 1:17-19 Venga, únase a la búsqueda del peregrino Así como el pueblo de Israel fue guiado sobrenaturalmente por el Señor cada día por medio de la columna de nube que se volvía columna de fuego en la noche, nosotros también, los hijos de Abraham por la fe en Cristo, caminamos cada día hacia la Tierra Prometida. Como la nube simbolizaba la presencia de Dios, hoy en día nosotros somos el templo de Dios, en donde mora el Espíritu Santo, cuya fuerza y fidelidad amorosas nos guían hacia nuestro verdadero hogar. Admitamos alegremente que, al igual que Abraham y el pueblo de Israel, también buscamos un hogar, una ciudad, un destino donde, después de tanto, veremos al resucitado y exaltado Señor Jesucristo: Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, [14] que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, [15] la

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