La Busqueda del Pergrino

PA RT E I : E S TA B L E C I E NDO E L R UMB O / 2 1

Había una vez El drama cósmico a través de una narración bíblica del mundo Rev. Dr. Don L. Davis

De la eternidad y hasta la eternidad, nuestro Señor es Dios Desde la eternidad, en ese misterio incomparable de la existencia, antes del comienzo de los tiempos, nuestro Dios Trino moraba en perfecto esplendor en comunión eterna como Padre, Hijo y Espíritu Santo, el YO SOY, mostrando sus atributos perfectos en relación eterna, sin necesidad de nada, en santidad, gozo y hermosura ilimitados. De acuerdo con su voluntad soberana, nuestro Dios se propuso en amor crear un universo donde su esplendor pudiese revelarse, y un mundo donde su gloria pudiera mostrarse y donde un pueblo hecho a su propia imagen pudiera habitar, compartiendo en comunión con Él y disfrutando de una relación de unión con Él, y todo para Su gloria. Inflamados por la lujuria, la codicia y el orgullo, la primera pareja de humanos se rebeló contra Su voluntad, engañados por el gran príncipe, Satanás, cuyo plan diabólico para suplantar a Dios como gobernador de todo resultó en incontables seres angelicales rebelados contra la voluntad divina en los cielos. Por medio de la desobediencia de Adán y Eva, se expusieron a sí mismos y a su descendencia a la miseria y la muerte, y a través de su rebelión llevaron la creación al caos, el sufrimiento, y el mal. Por causa del pecado y la rebelión, la unión entre Dios y la creación se perdió, y ahora todas las cosas están sujetas a los efectos de esta gran caída—alienación, separación, y condenación se volvieron las realidades principales de todas las cosas. Ningún ángel, ser humano o criatura podría resolver este dilema, y sin la intervención directa de Dios, todo el universo, el mundo y todas sus criaturas estarían perdidos. Quien, como Dios Soberano, creó un mundo que al final se rebelaría contra Su gobierno

Aun así, en misericordia y amor, el Señor Dios prometió enviar un Salvador para redimir a Su creación

Con un amor soberano, Dios se determinó remediar los efectos de la rebelión del universo enviando un Campeón, su único Hijo, quien tomaría la forma de la naturaleza caída, tomaría y derrocaría la separación que tenía de Dios, y sufriría en lugar de toda la humanidad por su pecado y desobediencia. Por fidelidad a su pacto, Dios se

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