La Busqueda del Pergrino
PA RT E I V: P E R S E V E R A NDO A L A R GO P L A Z O / 2 9 1
Megaciudad, te llamamos ciudad fiel. Is. 1:26 – Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. Que los habitantes de esta megaciudad clamen juntos en fe: “Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y baluarte”. Is. 26:1 – En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y baluarte. Como pueblo de Dios y ciudadanos de esta megaciudad, clamamos: “Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades”. Is. 26:2 – Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Que los habitantes de esta megaciudad hereden su santo monte. Is. 57:13 – Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte. Que los habitantes de esta megaciudad se refugien en ti. Sal. 91:1-2 – El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. [2] Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Que nuestra ciudad, megaciudad, no se divida contra sí misma. Mt. 12:25 – Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Rescata a los habitantes de esta megaciudad de cualquier trampa y protégenos de cualquier plaga mortal. Sal. 91:3 – Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Que tu verdad sea nuestro escudo y nuestra protección. Sal. 91:4 – Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
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