La Busqueda del Pergrino
4 4 / L A B Ú S Q U E D A D E L P E R E G R I NO
de hoy. Con Cristo mismo como piedra angular, la Iglesia es el templo de Dios, el cuerpo de Cristo, y templo del Espíritu Santo. Todos los creyentes, vivos, muertos, y los que aun no han nacido, constituyen la comunidad única, santa, católica (universal), y apostólica. Los miembros de la Iglesia se reúnen periódicamente con otros creyentes a nivel local para adorar a Dios mediante la Palabra y los sacramentos (ordenanzas), y para dar testimonio de sus buenas obras y la proclamación del evangelio. Al incorporar nuevos creyentes a la Iglesia por el bautismo, ésta encarna la vida del Reino en su comunión, y demuestra con hechos y palabras la realidad del Reino de Dios a través de su vida juntos y en servicio al mundo. 6. La unidad de la fe. La gran tradición afirma inequívocamente la catolicidad (universalidad) de la Iglesia de Jesucristo, ocupándose de mantener la comunión y la continuidad de la adoración y la teología de la Iglesia a lo largo de los siglos (Iglesia Universal). Dado que ha habido y sólo puede haber una esperanza, llamado, y fe, la Gran Tradición luchó y se esforzó por la unidad en la palabra, en la doctrina, en la adoración y en la caridad. 7. El mandato evangélico del Cristo resucitado. La Gran Tradición confirma el mandato apostólico de dar a conocer a las naciones la victoria de Dios en Jesucristo, proclamando la salvación por gracia mediante la fe en su nombre, e invitando a todos los pueblos al arrepentimiento y a tener fe para entrar en el Reino de Dios. A través de actos de justicia y rectitud, la Iglesia muestra la vida del Reino en el mundo de hoy, y a través de su predicación y forma de vida provee un testimonio y una señal del Reino presente en y para el mundo ( sacramentum mundi ), y como pilar y baluarte de la verdad. Como evidencia del Reino de Dios y custodia de la Palabra de Dios, la Iglesia se encarga de definir con claridad y defender la fe una vez dada a la Iglesia por los apóstoles. Conclusión: Encontrando nuestro futuro, mirando hacia atrás En un momento en el que muchos están confundidos por el ruidoso caos de tantos que pretenden hablar por Dios, es hora de que volvamos a descubrir las raíces de nuestra fe, que volvamos al comienzo de la confesión y la práctica cristiana, y ver si de hecho podemos recuperar
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