La red SIAFU

98 La red SIAFU – Guía

1. Dé la bienvenida a todos los asistentes en el nombre de Jesucristo (5 min). El que preside la reunión debe dar la bienvenida a todos los asistentes. Abra cada reunión del capítulo con un saludo cálido y ofrezca una breve explicación a todos los presentes sobre lo que la red SIAFU es y lo que juntos esperan lograr. El que preside puede optar por leer la declaración de la misión de SIAFU, para que todos puedan oír otra vez porqué se reúnen, y cual es su intención. 2. Ofrezca una invocación (oración inicial) buscando la bendición y la dirección del Señor para su reunión (3 min). Pídale al Señor que venga a estar presente en la reunión, el envío del Espíritu Santo entre todos, liderar y dirigir como a fortalecer mutuamente juntos en el testimonio, la Palabra y la oración. 3. Dedique un breve tiempo en adoración y alabanza al Señor juntos (10 min). Reciten juntos la música del canto de SIAFU, y pasen algún tiempo cantando varias canciones de alabanza y adoración juntos. 4. Deje tiempo para testimonios para animar y desafiar (típicamente 3 testimonios de 3-4 minutos cada uno y un tiempo abierto) (15 min). Usted puede también elegir antes de la fecha de la reunión, pedir a alguien que dé un testimonio especial, un poco más largo, que se relacione con el tema de su reunión de la semana. Siga la guía del Espíritu Santo, para pensar con claridad de quién podría compartir que pueda edificar y animar a los miembros durante la reunión. a. Anime a los que dan testimonio a ser concisos, claros y frescos. Deben centrarse en lo que han aprendido recientemente de Cristo a través de su experiencia y ser edificante en sus temas y expresión. Además, éstos deben esforzarse por tanto en animar y desafiar a los presentes a vivir más plenamente dedicados y comprometidos a Jesucristo. Ensayando simplemente faltas o pecados de uno, o quejarse de una situación o persona que no está ofreciendo un testimonio de lo que Dios está haciendo en la vida de uno. Las palabras deben ser dirigidas claramente a ayudar a otros a conocer y amar a Cristo, y en lo posible, esforzarce por edificar a todos los que están presentes.