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S ESIÓN 3: L ANZAR Y A GRUPAR • 265

El evangelio cristiano es una narración. La Palabra no se convirtió en texto o en una serie de proposiciones abstraídas; el Verbo se hizo carne (Juan 1:14). En consecuencia, la teología cristiana, si ha de hacerse de manera apropiada, debe adoptar la forma de un compromiso sostenido con la historia y no meramente un compromiso con las respuestas propositivas de la Iglesia a la historia. Y como llegamos a conocer por medio de la morada en lugar de por el desapego, la teología cristiana apropiadamente intentada tomará la forma de una residencia de esta historia, atraída en sus dramas, identificándose con sus caracterizaciones, trazando los movimientos de su trama. Y puesto que el conocimiento apropiado debe ser apropiado a su objeto específico, y puesto que Dios es el objeto (o más bien el sujeto irreducible) de la teología, este compromiso con la historia del evangelio que es la forma apropiada de la teología cristiana es apropiadamente venerable y devota. Y es precisamente esta forma de adoración y de oración que es permitida por la liturgia del Año Cristiano.

~ John E. Colwell. The Rhythm of Doctrine . [El ritmo de la Doctrina]. Colorado Springs, CO: Paternoster, 2007, pág. 7.

A. Adviento: el Mesías prometido

1. Marco bíblico: por medio de la promesa del pacto de Dios, vendría una semilla de la mujer, de Abraham y de David, aplastando la cabeza de la serpiente y redimiendo al pueblo de Dios.

2. Ejemplo de referencias en las Escrituras

a. Porque un niño no es nacido, Isa. 9:6-7

b. Los días están llegando, Jer. 23:5-6

c. El que viene, reinará en justicia y en paz, Isa. 11:1-10

3. Su significado en la historia de Jesús: el Verbo encarnado, Hijo unigénito de Dios en gloria

Contexto Valores/Visión Preparar Lanzar Agrupar Nutrir Transicionar Horario/Cartilla

4. La temporada del Año de la Iglesia: Adviento, la Venida de Cristo. El Adviento anticipa la primera y segunda venidas de nuestro Señor. Los profetas de Dios anunciaron su venida, y los ángeles anunciaron su nacimiento a María y a los pastores. Afirmamos la promesa de Dios cumplida en la llegada del Mesías en Belén.