Listos para la siega - Imprimible
S ESIÓN 4: N UTRIR Y T RANSICIONAR • 345
II. El Señor, como varón de guerra, lucha con su pueblo para vencer a sus enemigos en la tierra – La imagen y el drama de la conquista de Canaán. A. En el nombre de Jesucristo, por el poder del Espíritu Santo, y a través de la milicia Christi , Dios lucha contra el diablo y la resistencia e intimidación satánica de sus ángeles. Isa. 14:12-17 – ¡Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Pero tú dijiste en tu corazón: “Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte. “Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo”. Sin embargo, has sido derribado al Seol, a lo más remoto del abismo. Los que te ven te observan, te contemplan, y dicen: “¿Es éste aquel hombre que hacía temblar la tierra, que sacudía los reinos, que puso al mundo como un desierto, que derribó sus ciudades, que a sus prisioneros no abrió la cárcel?” B. Luego, en el nombre de Jesucristo, por el poder del Espíritu Santo, y a través de la milicia Christi , Dios lucha contra el actual sistema mundial animado por la lujuria, la codicia y el orgullo. Sal. 2:1-9 (LBLA) – ¿Por qué se sublevan las naciones, y los pueblos traman cosas vanas? Se levantan los reyes de la tierra, y los gobernantes traman unidos contra el Señor y contra su Ungido, diciendo: ¡Rompamos sus cadenas y echemos de nosotros sus cuerdas! El que se sienta como Rey en los cielos se ríe, el Señor se burla de ellos. Luego les hablará en su ira, y en su furor los aterrará, diciendo: Pero yo mismo he consagrado a mi Rey sobre Sion, mi santo monte. Ciertamente anunciaré el decreto del Señor que me dijo: “Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré las naciones como herencia tuya, y como posesión tuya los confines de la tierra. Tú los quebrantarás con vara de hierro; los desmenuzarás como vaso de alfarero”. Stg. 4:4 (LBLA) – ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Contexto Valores/Visión Preparar Lanzar Agrupar Nutrir Transicionar Horario/Cartilla
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