Listos para la siega

S ESIÓN 1: V IENDO EL PANORAMA GENERAL • 87

porque estas acciones dan forma a nuestras vidas y significan el sentido del mundo. Por lo tanto, llamamos a los evangélicos a apartarse de las formas de culto que se centran en Dios como un simple objeto del intelecto, o que afirman el yo como fuente de la adoración. Dicha adoración ha resultado en modelos orientados a la lectura, musicales, centrados en el desempeño y controlados por programas que no proclaman adecuadamente la redención cósmica de Dios. Por lo tanto, llamamos a los evangélicos a recuperar la sustancia histórica de la adoración de la Palabra y la Mesa y atender al año cristiano, que marca el tiempo de acuerdo con los actos de salvación de Dios. Llamamos a una formación espiritual catequética del pueblo de Dios que se basa firmemente en una narrativa bíblica trinitaria. Nos preocupa cuando la espiritualidad está separada de la historia de Dios y el bautismo en la vida de Cristo y su Cuerpo. La espiritualidad, hecha independiente de la historia de Dios, se caracteriza a menudo por el legalismo, el mero conocimiento intelectual, una cultura excesivamente terapéutica, el gnosticismo de la Nueva Era, un rechazo dualista de este mundo y una preocupación narcisista por la propia experiencia. Estas falsas espiritualidades son inadecuadas para los desafíos que enfrentamos en el mundo de hoy. Por lo tanto, llamamos a los evangélicos a regresar a una espiritualidad histórica como la enseñada y practicada en el antiguo catecumenado. 6. Sobre la vida encarnada de la Iglesia en el mundo Llamamos a una santidad cruciforme y compromiso con la misión de Dios en el mundo. Esta santidad encarnada afirma la vida, la moralidad bíblica y la abnegación apropiada. Nos llama a ser mayordomos fieles del orden creado y a profetas audaces a nuestra cultura contemporánea. Así llamamos a los evangélicos a intensificar su voz profética contra las formas de indiferencia al don de la vida de Dios, la injusticia económica y política, la insensibilidad ecológica y el fracaso en defender a los pobres y marginados. Demasiado a menudo no hemos podido soportar pro- féticamente contra el cautiverio de la cultura al racismo, al consumismo, a la corrección política, a la religión civil, al sexismo, al relativismo ético, a la violencia y a la cultura de la muerte. Estos fracasos han silenciado la voz de Cristo al mundo a través de su Iglesia y restan a la historia de Dios del mundo, que la Iglesia es colectivamente a encarnar. Por lo tanto, llamamos a la Iglesia a recuperar su misión contra-cultural al mundo. Epílogo En resumen, llamamos a los evangélicos a recuperar la convicción de que la historia de Dios configura la misión de la Iglesia para dar 5. Sobre la formación espiritual en la Iglesia como encarnación de la narración de Dios

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