Manual de plantación de iglesias: PLANT

Sesión 2: Lanzar y Agrupar • 41

que nosotros no hemos podido ser. Él triunfó donde nosotros no lo hemos logrado. El Autor que nos diseñó para que lo adoremos y lo disfrutemos, y a quien hemos ofendido debido a nuestra rebelión, intervino en su propia historia para salvarla. II. La misión del Evangelio A. El Evangelio es la buena noticia que nos salva y nos envía a cumplir la misión de Cristo. Jesús resumió su misión diciendo: “Él vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Luc. 19:10). B. Para que el anuncio del Evangelio sea escuchado y comprendido, es necesario contextualizarlo. Al considerar el proceso de contextualización, muchas personas piensan, con razón, en el apóstol Pablo. Después de todo, fue Pablo quien dijo: “Me hago débil con los débiles, para ganar a los débiles. A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Todo esto por causa del evangelio, para compartir con ellos lo que él hace” (1 Cor. 9:19-23). Pero también fue Pablo quien dijo: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Cor. 11:1). En otras palabras, Jesús fue el modelo perfecto de contextualización para Pablo. Juan escribe: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). A través de la encarnación de Cristo, vemos el reino de los cielos entrando al mundo. En Cristo vemos que la luz del mundo está entrando en nuestra fragilidad y pecado para traer redención y libertad. Jesús se acercó a nosotros, rompiendo las barreras que separaban a las personas pecadoras de un Dios santo.

Made with FlippingBook Digital Proposal Maker