Orando los Salmos con Agustín y Amigos

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Orando los Salmos con Agustín y amigos

Salmo 43 con Agustín – Paciencia para resistir ¡Júzgame, oh Dios! Defiende mi causa frente a esta nación impía (v. 1). No temo tu juicio, porque conozco tu misericordia. Júzgame, él clama. Ahora, entretanto, en esta vida, todavía no apartas mi lugar porque he de vivir con la “mala hierba” hasta el tiempo de la “cosecha” (Mat 13:30). No separas mi lluvia, ni mi luz de la de ellos. Defiende mi causa (v. 1). Que se marque la diferencia entre el que cree en ti y el que no cree. Nuestra debilidad es la misma, pero nuestras conciencias no lo son; nuestros sufrimientos son los mismos, pero nuestros anhelos no lo son. ¡Los deseos de los malvados se frustrarán! (Sal 112:10); pero en cuanto al deseo del justo, bien podríamos dudar, si no estuviera seguro de quién lo prometió. El que promete es el objeto de nuestros deseos: Él se nos dará a sí mismo. ¡Ya lo ha hecho! Se necesita paciencia para aguantar hasta la siega, una cierta distinción sin separación, porque están juntos con nosotros, y por lo tanto aún no están separados, pero la cizaña sigue siendo cizaña, y el maíz sigue siendo maíz, y por consiguiente ya están diferenciados. Dado que se necesita una especie de fortaleza, pidámosla a Aquel que nos invita a ser fuertes.

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