Pelea La Buena Batalla de la Fe

Lección : La excelencia que mostramos • 

2. “Nunca he sido un santo, y, no creo seré uno de esos tipos de personas. ¿Yo, un santo?” En un estudio bíblico con un joven cristiano (que en realidad era un hombre de mediana edad), al pasar por la enseñanza de que Dios espera que vivamos como santos (santos) en Cristo. Las Escrituras eran claras que hemos de conducirnos de tal manera que los demás puedan ver que representamos a Dios en lo que hacemos. Estamos llamados a vivir nuestra condición como aquellos que han sido apartados para los propósitos de Dios y para su uso, como su propio pueblo santo, agradecido. El joven cristiano no podía ver cómo podía ser esto así, teniendo en cuenta todas las cosas que había hecho, y la forma en que había vivido anteriormente. Él se sorprendió de que Dios lo llamara un “santo”. ¿Cómo es posible que seamos llamados “santos” cuando hemos hecho cosas en el pasado? 3. “¡Ser cristiano es como ser un agente secreto para el Reino de Dios!” Tal vez usted ha visto las películas de espías donde un agente secreto que representa a una nación extranjera penetra en una situación y sirve a los intereses de su país. O bien, usted ha seguido las noticias y oído de un embajador que habla de los puntos de vista de su país sobre un tema en particular, en relación a los demás las perspectivas y políticas de su país. Cuando está hablando, están representando la posición de su nación, literalmente hablando como si la nación entera estuviera presente y dando su punto de vista oficial sobre ese asunto. ¿De qué manera usa la Biblia el concepto de embajador que nos ayuda a entender el papel y el deber de un cristiano ante sus familiares, amigos, colegas y vecinos, que actúa como el agente del Señor y embajador del Reino? En la última sesión ( El legado que recibimos ) aprendió que cuando usted fue salvo, Dios el Espíritu Santo le dio un regalo (s) que se utilizaría para la edificación del Cuerpo de Cristo. Ahora va a explorar más a fondo la forma en que Dios tiene la intención de utilizar de forma creativa para que lo represente en el mundo a medida que lucha en la buena batalla de la fe. Ahora que nos hemos convertido en los mismos hijos de Dios por la fe en Jesucristo (1 Juan 3:1-3), estamos llamados a ser como el Señor, a imitar el carácter de Dios, a actuar como él, y amar a los demás como si fuera él a vivir a través de nosotros aquí en la tierra. Somos llamados “santos”, los muy santos de Dios, hechos justos a través de nuestra fe en Cristo, santificados y limpios del pecado por la sangre de Jesús. Dios quiere nuestra santificación (apartado para posesión y uso de Dios), que en todos los aspectos de nuestras vidas – nuestros pensamientos y actitudes, el lenguaje, conducta y nuestras relaciones – podamos mostrar a otros que pertenecemos a Cristo, y que su Reino puede ser visto entre nosotros, en la iglesia.

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