Pelea La Buena Batalla de la Fe

Lección : La excelencia que mostramos • 

Agustín de Hipona (354 - 430), fue un teólogo y filósofo cuyos escritos influyeron en el desarrollo de la Iglesia en la civilización occidental. Fue el obispo de Hipona (hoy en día Argelia). Fue visto como uno de los más importantes Padres de la Iglesia. Entre sus obras más importantes son “Ciudad de Dios” y “Confesiones”. Oración para conocer a Dios, Agustín Señor Jesús, hazme conocerme a mí mismo y conocerte a ti, y desear nada, sino sólo a Ti. Permíteme odiarme a mí mismo y amarte a Ti.

Oración

Déjame hacer todo por el bien de Ti. Permíteme humillarme y exaltarte a Ti. Déjame pensar nada más que en Ti. Déjame morir a mí mismo y vivir en Ti. Permíteme aceptar pase lo que pase como que viene de Ti. Permíteme desterrarme a mí mismo y seguirte a Ti, y siempre desear seguirte a Ti. Déjame volar de mí mismo y refugiarme en Ti, que yo pueda merecer ser defendido por ti. Déjame temer por mí mismo, déjame temerte a Tí, Y déjame estar entre aquellos que son elegidos por Ti. Permíteme desconfíar de mí y poner mi con fi anza en Ti. Déjame estar dispuesto a obedecer por amor a Ti. Permíteme aferrarme a nada, salvo sólo a Ti, Y déjame ser pobre por Ti. Mira sobre mí, para que yo pueda amarte. Llámame para que pueda verte, y siempre disfrutar de Ti.

~ Don L. Davis. La búsqueda del peregrino. Wichita, KS: The Urban Ministry Institute, 2010, pp. 93-94.

Dios Eterno, Dios y Padre de mi Señor Jesucristo, gracias por llamarme a ser tanto un santo y un embajador de Cristo. Quiero representarlo en todo lo que hago, dando la espalda a la impiedad de este mundo, y extendiéndome al llamamiento que me has dado para vivir en su Reino venidero. Por favor, Padre, dame la fuerza para ser un santo, para vivir en santidad y pureza ante tí cada día. Camina conmigo y ayúdame. Permíteme enfrentar cada día con esperanza y confianza, sabiendo que su Espíritu está conmigo, y que me va a ayudar al enfrentar las dificultades y los desaf íos del día. Como tu santo, y como tu embajador, no dejes que pierda el contacto contigo hoy, y ayúdame a recordar sobre todas las cosas, que yo no pertenezco más para mí mismo. Que tú me compraste con un precio, la

Grito del corazón de Dios