Plantando iglesias entre los pobres de la ciudad: Una antología de recursos de plantación de iglesias urbanas Volumen 2 - Imprimible

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1 Cor. 8:4; 2 Cor. 3:14; Gn. 1:1; Mt. 28:19; Is. 6:3; 57:15; 1 Jn. 4:10-16; Sal. 145:17; Col. 1:16-17).

3. Jesucristo es el Hijo eterno de Dios . Como verdadero Dios y verdadero hombre Él mismo permitió nacer de una virgen, enseñó a los hombres como vivir a través de su vida sin pecado, fue crucificado como un sacrificio por nuestros pecados, resucitó corporalmente de los muertos, fue visto por más de 500 personas y volvió al cielo a preparar un lugar para nosotros. (Lc. 1:35; Jn. 1:1-4, 14; Is. 7:14; Mt. 1:20-23; 1 Pe. 2:21-25; Ti 2:14; 1 Jn. 2:2; Hch. 2:22-24; 32-36; 1 Cor. 15:3-8; Jn. 14.1-3). 4. Los hombres y mujeres fueron creados a la imagen de Dios , tentados por Satán y voluntariamente se rebelaron contra Dios. Por medio del arrepentimiento y fe personal en Jesucristo, somos perdonados por nuestros pecados, renacemos por el Santo Espíritu y venimos a ser hijos de Dios (Gén. 1:26-27; 2.7; Sal. 100:1-3; Gn. 3:13, 16-17; Rom. 3:10-12, 23; 2 Cor. 7:9-10; Ef. 2:8-9; Ef. 1:3-8; Jn. 1:12-13; 2 Cor. 5:17). 5. El Espíritu Santo, que es Dios con el Padre y el Hijo, nos persuade al arrepentimiento de nuestros pecados y confesar a Jesús como nuestro Señor. Él vive en nosotros, nos enseña y permite glorificarle en la Iglesia de Dios, vivir piadosamente la vida, y testificar de Cristo y Su Reino en el mundo (Jn. 3:3-7; 16:7-13; 1 Cor. 12:3; 2 Tes. 2:13; 1 Cor. 6:19-20; 1 Tes. 5:23; Rom. 8:1-14; Ef. 5:17-21). 6. La Iglesia es el cuerpo viviente de Cristo sobre la tierra. Él es su cabeza y la fuente de su vida. El cuerpo está compuesto por aquellos que le han recibido como su Salvador y Señor, vivos o muertos, no importa la raza, nación, tribu, o gente. La Iglesia existe para celebrar la vida de Dios, cultivar crecimiento personal en Cristo, cuidarnos los unos a los otros en Cristo y comunicar de Cristo al mundo (Col. 1:18; Ef. 2:19-22; Ef. 1:20-22; 5:23-24a; Hch. 2:41-42; Mt. 16:15-18; Col. 3:21; Ap. 4:11; Ef. 4:11-13; Mt. 28:20; Rom. 12:3-16; 1 Cor. 12:4-12; Hch. 1:8; 2:47). 7. Jesucristo regresará a la tierra para levantar a los muertos, juzgar al mundo y establecer Su glorioso Reino. Esta es la esperanza de la Iglesia y su ánimo para ministrar. Aquellos que han sido regenerados vivirán con Él por siempre (Hch. 1:10-11; 1 Tes. 4:16-17; Jn. 5:24-29; Mt. 6:10, 13; 16:27-28; Ti. 2:13; Ef. 1:18-23; 1 Tes. 4:18; Flp. 3:20-21; Jn. 3:16; 1 Jn. 5:11-13).