Plantando iglesias entre los pobres de la ciudad: Una antología de recursos de plantación de iglesias urbanas Volumen 2

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te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. c. El llamado puede ser comunicado a través de otro individuo llamado por Dios, comp. Ananías y Pablo, Hch. 9:10-12 – Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. d. No está basado sobre la aptitud personal de aquel llamado, Am. 7:14-16a – Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.Ahora, pues, oye palabra de Jehová. f. Incluye todo el poder, oportunidades, recursos, y dones necesarios para cumplir la tarea, Jer. 1:17-19 – Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte. e. Es irrevocable, Rom. 11:29 – Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

2. Ejemplos de llamados directo de parte del Señor

a. El llamado de Moisés, Éx. 3:1-22

b. El llamado de Isaías, Is. 6:1-8

c. El llamado de Samuel, 1 Sm. 3:1-14