Plantando iglesias entre los pobres de la ciudad: Una antología de recursos de plantación de iglesias urbanas

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de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. c. La humildad del Hijo, Flp. 2:6-8 – el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 3. Su significado en la historia de Jesús : En la encarnación, Dios ha venido a nosotros. Jesús de Nazaret se reveló a la humanidad, la gloria del Padre en plenitud, la plenitud de Dios habitaba en él, Col. 2:8-10. 4. El tiempo del Calendario de la Iglesia : Navidad, el nacimiento de Cristo. La Navidad celebra el misterio de la encarnación del Hijo de Dios, la Palabra hecha carne. Él entra al mundo para revelar el amor del Padre a la humanidad, para destruir las obras del diablo, y redimir a su pueblo de sus pecados. 5. En cuanto a la formación espiritual : Oh, la Palabra hecha carne, reveladora de Dios a nosotros, nos ayuda a preparar nuestros corazones para que habite dentro de ellos.

C. Epifanía (Presencia divina): el Hijo del Hombre

1. El marco bíblico : Como el Rey prometido y divino Hijo del Hombre, Jesús revela la gloria del Padre y la salvación al mundo.

2. Referencias de la Escritura ejemplares

a. Una estrella saldrá de Jacob, Núm. 24:17 – Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá estrella de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. b. El Rey de los judíos, Mt. 2:2-6 – diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y